
La multinacional sueca especializada en servicios de control de plagas Anticimex abundó en 2018 en su crecimiento en España con un alza de la cifra de negocio del 21%, hasta alcanzar los 30,9 millones de euros. Una evolución que su director general, Josep Valls, prevé prolongar durante los próximos ejercicios, tanto a través del crecimiento orgánico como con la adquisición de empresas.
¿Cómo han sido los resultados de Anticimex en España en 2018?
Hemos tenido unos ingresos de 30,9 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 21% respecto al año anterior y el resultado bruto de explotación (ebitda) operativo ha sido del 13,5% de la facturación.
¿Cuáles son las fortalezas de la compañía en el mercado español?
Llevamos un crecimiento en los últimos cuatro años de un 20% anual, con un mix de compra de compañías y de crecimiento orgánico, que de media ha sido del 8% , aunque el año pasado estuvimos un poco por encima. El resto viene por la adquisición de compañías. Estamos con crecimiento orgánico positivo cercano al 10%, mientras que el grupo crece alreddor del 4-5%. Además, estamos con un proyecto de inversión en España.
¿En qué consiste este plan y por qué apuestan por las compras?
El motivo básico de invertir es que nuestros servicios son en ruta, por lo que la densidad de clientes afecta mucho a los desplazamientos y a los tiempos para que nuestros técnicos puedan ser efectivos. Otro elemento es la dilución de costes indirectos. Nuestro negocio tiene un margen bruto elevado, pero con unos costes indirectos importantes, con lo que aumentar el tamaño permite diluirlos de forma significativa. Un tercer factor es la apuesta estratégica por clientes nacionales, porque la cobertura geográfica de España es necesaria. Y, por último, está la aportación de nuevos servicios con cada compañía que incorporamos.
Tras comprar una decena de empresas en los últimos años, ¿cuánto invertirán en próximos ejercicios?
Hemos invertido alrededor de 20 millones hasta ahora. La idea es realizar tres o cuatro compras este año, con una inversión de más de 10 millones. Mi objetivo es crecer con un ritmo muy acelerado, pero controlado. La base de clientes existentes tiene que tener su trato y con las compras vamos añadiendo recursos. El mercado de control de plagas es muy fragmentado, por lo que las compañías que vamos incorporando son refuerzos bastante locales. En 2018 adquirimos empresas en Toledo y en Cádiz y este año ya hemos cerrado una compra en Bilbao. Estamos en algunos procesos, pero no puedo comentarlos. Seguimos invirtiendo y no preveo que haya cambios a medio y largo plazo; en los próximos tres o cuatro años seguiremos con esta estrategia.
¿Qué posición ocupa en el mercado de control de pagas Anticimex en España?
En el mercado español somos líderes con bastante diferencia. Este año estimamos terminar con una facturación de alrededor de 35 millones de euros y la segunda compañía está en torno a los 20 millones.
Con 35 millones, ¿supondría ralentizar el ritmo de crecimientos de los últimos años?
Cuando hablo de 35 millones es el negocio que tenemos hoy encima de la mesa. A esto hay que añadir las adquisiciones, que estarán en el entorno del año pasado.
Entonces, ¿qué previsiones tiene para los próximos años?
Tenemos un plan estratégico hasta 2020. El objetivo es seguir creciendo en torno al 20% y aumentar la rentabilidad en alrededor de dos puntos.
¿Existe algún nicho en el que no estén y quieran entrar?
Las plagas son muchas y cada compañía tiene una especialización. Hemos incorporado un equipo técnico muy potente para la parte del tratamiento de mosquito, la principal causa de mortalidad de los humanos. Pero lo que realmente nos diferencia es nuestra estrategia enfocada al concepto smart, que es prácticamente una disrupción dentro del sector de control de plaga. Nuestros servicios se basan en la utilización de tecnología, de dispositivos tanto de monitoreo como de captura para la detección de plagas, de cualquier tipo, en un estado previo a que sean un problema para el cliente (ya hay 10.000 instalados). Ofrecemos un servicio muy distinto y, además, es una apuesta muy importante por el medio ambiente, porque minimizamos la utilización de productos químicos hasta un punto indispensable.
Se han aliado en los últimos años con aseguradoras. ¿Qué expectativas tienen?
Tradicionalmente el mercado de control de plagas en España ha estado centrado en empresas y edificios y a nivel particular las empresas del sector no hacían demasiadas actuaciones. En algunos mercados internacionales, por ejemplo en el americano, es al revés y prácticamente hay más clientes particulares. Nuestra matriz lleva muchos años trabajando con aseguradoras y más del 90% de las casas de Suecia, Noruega y Dinamarca tienen incluidas dentro de las coberturas básicas el control de plagas.
Es el modelo que estamos implantando aquí y el año pasado ya implicó alrededor de 20.000 actuaciones vinculadas al mercado asegurador en viviendas particulares. Y este año esperamos que se incremente mucho la cifra. Tenemos contratos firmados con el 90% de las aseguradoras para comunidades de propietarios y en el mercado particular tenemos contrato con tres de las compañías de referencia y estamos trabajando con el resto.