
Unicaja y Liberbank han comenzado a hacer los deberes por su cuenta desde que el pasado mes de diciembre anunciaron que habían iniciado contactos para negociar una posible fusión. Ambos bancos han reducido sus estructuras considerablemente y han agilizado la desinversión en activos improductivos, que agrupan créditos dudosos más adjudicados.
Concretamente las dos entidades se han deshecho del 25,23% de su ladrillo en una comparativa interanual. El banco de origen andaluz situó sus activos tóxicos en 3.473 millones de euros, lo que supone un 20,1% menos que un año antes. Esto le ha permitido reducir del 58,8% al 56,6% las coberturas para estos activos, liberando provisiones.
Este desbloqueo de dotaciones, entre otros aspectos, fue muy aplaudido por el mercado el día de la presentación de cuentas del primer trimestre, el 30 de abril, con una subida en bolsa del 1,39%. La entidad cerró el mes pasado con un crecimiento bursátil del 6,89%. Por su parte, Liberbank redujo sus activos improductivos a cierre de marzo hasta los 2.940 millones, un 30,5% menos que un año antes. No obstante, el banco mantiene las coberturas al 51%, mismo nivel que en el mismo periodo del ejercicio anterior. Cabe recordar que el mercado le exigen a la entidad más dotaciones para estos activos.
"Acuerdo potencial"
El presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, aseguró el pasado mes de abril que ambas entidades alcanzarían en pocas semanas un "acuerdo potencial" para dar el pistoletazo de salida a la integración. La unión de ambos bancos generará un ahorro de costes anual de en torno a cien millones de euros, según las estimaciones de Credit Suisse.
Tanto Unicaja como Liberbank también han reducido sus gastos en el último año. La entidad andaluza los recortó un 4,7%, hasta los 139 millones, y la de origen asturiano, un 2,7%, hasta los 89 millones. Asimismo, ambas han adelgazado su estructura en materia de empleados y oficinas. Mientras que la entidad que encabeza Manuel Azuaga mantiene 6.852 trabajadores (1,3% menos) y 1.131 sucursales (6,6% menos), la que lidera Manuel Menéndez situó su plantilla en 3.802 personas (5,1% menos) y sus oficinas en 644 (4,7% menos).
El mercado calcula que para que el nuevo grupo saliente de la fusión genere eficiencias deberán recortar un 10% la estructura de su red. El coste de esta reestructuración, según los analistas, alcanzará en torno a los 320 millones.
Unicaja y Liberbank, que juntas suman en torno a un 22% de participación en la aseguradora Caser, venderán el 12% de la misma, cuyo precio de mercado de dicho porcentaje se sitúa sobre los 120 millones de euros, lo que ayudaría a evitar realizar una ampliación de capital para financiar la reestructuración.