El exsubgobernador del Banco de España negó haber hecho llamadas para incentivar a la compra de acciones
El que fue presidente de CaixaBank entre 2011 y 2016, Isidro Fainé, desmintió ayer con su declaración como testigo en el juicio por la salida a bolsa de Bankia al exsubgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui. Fainé aseguró que el entonces número dos del organismo supervisor le llamó por teléfono para que la entidad de origen catalán analizara invertir en Bankia. Sin embargo, Aríztegui, que declaró el pasado lunes también en calidad de testigo, fue rotundo en su respuesta a si el Banco de España realizó llamadas que incentivaran a la suscripción de acciones. "No", contestó de forma seca el que fue subgobernador.
Fainé narró que, tras la llamada de Aríztegui, trasladó esta comunicación al equipo técnico que, tras cierta discusión, decidió invertir 100 millones de euros en acciones. Según el expresidente de la entidad se invirtió una cantidad prudente, en una operación realizada "con buena fe y buena voluntad". No obstante, el banco desinvirtió un tiempo después cuando, tras haber perdido la mitad de la inversión, se vio que Bankia no tenía solución.
Marcha del exbanquero
La declaración de Fainé se esperaba con expectación, después de que el expresidente de BBVA, Francisco González, admitiese ante ese mismo tribunal hace dos meses que pidió la dimisión de Rodrigo Rato como presidente de Bankia en una reunión que el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, mantuvo junto al expresidente de CaixaBank y al del Santander, Emilio Botín, a inicios de mayo de 2012, días antes de la marcha de Rato. Fainé, sin embargo, dijo no recordar que se tratara ese tema en el encuentro, porque si se hubiese pedido la salida de Rato se acordaría, porque se habría dado una situación violenta. El exministro Luis de Guindos negó en su declaración en marzo haber pedido el cese de Rato, principal imputado en el caso. Sin embargo, el expresidente de Bankia aseguró que su salida se debió a una "operación política" orquestada por el Gobierno y apoyada en los competidores de la entidad.
La declaración del expresidente de CaixaBank ha sido la más corta desde que empezó el juicio, el pasado mes de noviembre, con una duración de tan solo media hora.