
"Durante dos generaciones se ha desconectado de la realidad de los alimentos y no hemos sidos conscientes del coste de la producción. Ahora, sin embargo, cada vez más gente quiere se preocupa por ello quiere saber, por ejemplo, el origen de los productos y si proceden o no de agricultura ecológica. El consumidor tiene que saber que la producción de alimentos tiene un coste y que la sostenibilidad requiere que se retribuya bien a los ganaderos por su labor". Emmanuel Faber, presidente del Grupo Danone, está convencido de que la industria alimentaria afronta una revolución y quiere formar parte activa de ella.
Director general y vicepresidente del consejo de administración de la compañía desde 2011, Faber fue nombrado primer ejecutivo del gigante lácteo hace apenas año y medio. Esta semana visita Barcelona con motivo de la celebración del centenario de la empresa, fundada en la capital catalana por Isaac Caraso, para explicar el nuevo posicionamiento del grupo bajo el lema One Planet, one health, un planeta, una salud. En un encuentro con elEconomista, Faber explica que "nuestro objetivo es que el cien por cien de nuestras ventas tengan el sello B Corp", una certitificación independiente para empresas que cumplen los máximos estándares de desempeño social y medioambiental, transparencia y rendición de cuentas a escala global.
Otra forma de producir
Según Faber, "en el futuro, las grandes empresas no podrán seguir operando igual que ahora, porque los consumidores y los gobiernos no lo aceptarán y debe haber una apuesta por la salud y la sostenibilidad". En este sentido, y para celebrar el centenario de la creación del primer yogur, el presidente de Danone asegura que "vamos a abrir nuetra colección histórica de 1.800 cepas con fines científicos". Esto incluye el acceso a 193 cepas de fermentos lácticos y bifidobacterias, depositadas en la Colección Nacional de Cultivos de Micororganismos, que se lleva a cabo en el Centro de Recursos Biológicos del Instituto Pasteur.
"Al margen de la producción de yogures y leches fermentadas, pueden tener una variedad de usos adicionales, tanto para aplicaciones alimentarias como no alimentarias, muchas de las cuales no se han explorado o utilizado completamente. Podrían ayudar a abordar problemas de salud, sociales y ambientales. Queremos compartir el legado de Danone, una herencia única, en beneficio de todos", asegura.
Estos fermentos y bifidobacteras podrían servir, por ejemplo, para aumentar la diversidad de productos alimenticios, reducir las pérdidas de cultivos, previniendo el crecimiento de hongos, mitigar las emisiones de metano de las vacas, reducir el uso de antibióticos y la propagación de la resistencia a los mismos, tanto en animales como en humanos, o desarrollar métodos más sencillos para administrar medicamentos o vacunas.
Estrategia medioambiental
En esta misma línea, el máximo ejecutivo de Danone reconoce que el grupo se ha alineado con los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas. "Apoyamos las políticas medioambientales para que en 2025 todos los envases sean reciclabes, reutilizables o compostables. Nos tomamos el problema del empaquetado muy en serio e impusamos el envasado sostenible en todos nuestros negocios. Hoy el 87% de nuestros envases ya son reciclables". Pero no solo es eso porque la iniciativa va mucho más allá y busca implicar al mayor número posible de actores en el mercado. "Queremos trabajar conjuntamente con otras empresas de bebidas para desarrollar materiales cada vez más sostenibles".
Hábitos alimentarios
"Tenemos que ayudar a la gente a tener hábitos de alimentación más saludables. El impuesto sobre el azúcar puede provocar un aumento del precio y no reducir el consumo e incluso causas efectos no esperados en determiandos países. En cada contexto socioeconómico puede tener un impacto u otro. La educación alimentaria es básica y es ahí donde debemos tener un enfoque sectorial" , asegura Faber, recordando que la multinacionalha sido pionera en Europa en la implementación del semáforo nutricional en el etiquetado, conocido como el Nutriscore.
Danone está apostando cada vez con mayor fuerza por productos con bajo contenido calórico reforzando además las innovaciones. "Invertimos en investigación y desarrollo el 1,7% de nuestras ventas, pero la innovación va mucho más allá de esta cifra porque apoyamos también las innovaciones entre los ganaderos y nuestros proveedores", asegura Faber.
Según el presidente y consejero delegado de Danone, "la innovación tiene cada vez un peso mayor en nuestro negocio y en solo dos años ha pasado de representar el 16% hasta el 25 por ciento del total de las ventas". Todo ello además de acelerar también la salida al mercado de los nuevos productos. "El consumo de lácteos lleva años cayendo en Europa y por eso es importante apostar por las innovaciones. Tan solo en España, el año pasado lanzamos 65 innovaciones", asegura el ejecutivo.
La empresa mantiene sus previsiones de que el margen de explotación alcance en 2020 el 16%. Para ello, el objetivo es que las ventas aumenten entre un 4% y un 5%. El año pasado la facturación del grupo se redujo un 0,7%, hasta 24.651 millones y aunque Faber admite que "me gustaría crecer más rápido", señala también que está centrado ahora en lograr sinergias tras la compra de Whitewave Foods, fabricante de alimentos y bebidas de origen vegetal, y dueña de Alpro, por 12.500 millones de dólares (11.279 millones de euros).