
El beneficio de Ence ascendió a 17,3 millones de euros durante el primer trimestre del año, lo que representa una reducción del 41,6% en relación al mismo período de 2018. El descenso se debió al negocio de fabricación de celulosa -en buena medida ya previsto-, según informó este lunes la compañía después del cierre del mercado bursátil.
Con una cifra de negocio estable, de 195,6 millones, el resultado bruto operativo (ebitda) bajó 17,6%, hasta los 52 millones. El ebitda del negocio de energía creció un 48,9%, hasta los 13,1 millones, impulsado por la producción de la planta termosolar recientemente adquirida a Iberdrola, pero no fue capaz de compensar la reducción del 28,1% en el ebitda del área de producción de celulosa, hasta los 38,9 millones.
Esta rebaja responde a varios elementos: 9 millones por la liquidación de coberturas de los tipos de cambio; un aumento de las ventas en mercados no europeos hasta casi el 29% de la producción; una subida del 7,3% en los costes de producción -cash cost-, hasta los 396 euros por tonelada; y una reducción del 5,9% de las ventas, porque ha aumentado el inventario con vistas a la parada programada de la biofactoría de Navia de este segundo trimestre.
La aplicación de la normativa contable NIIF 16 se ha traducido en un aumento de la deuda neta de 55 millones, dejándola en 400,1 millones, un 31,3% más elevada que en diciembre.
La compañía recalcó que no tiene alternativa viable en Galicia, "ni técnica ni económica" para la biofábrica de celulosa de Pontevedra, amenazada por un cambio de criterio del Estado central. Toda la inversión prevista en ella se trasladará a Navia, en Asturias.