
Los analistas ya preveían un mal primer trimestre para Tesla, pero los resultados han sido aún peores de lo esperado. La compañía ha presentado unas cuentas hasta marzo de 4.500 millones de ingresos frente a los vaticinios de los expertos de 5.400 millones.
Además, la automovilística ha sufrido unas pérdidas de 2,9 dólares por acción, cuando los analistas estimaban que serían de 1,15 dólares por título. Traducido a cifras totales, las pérdidas ascienden a 494 millones de dólares.
Los malos resultados trimestrales volvieron a hacer caer los títulos de la compañía en los primeros minutos del after-hours, aunque luego remontaron por encima de un 2% aupado por las previsiones de futuro. Y es que la empresa de Elon Musk se empeña en afirmar que entregará entre 360.000 y 400.000 vehículos este año.
La empresa se dejó un 2% en la sesión bursátil ordinaria hasta los 258,66 dólares. Su suelo del último año están en los 250 dólares, aunque si pierde ese soporte podría caer hasta los 200 dólares, un valor que no visita desde finales de 2016.
Pese a más de una década de existencia y su expansión internacional, Tesla continúa siendo una compañía con alta volatilidad en los mercados. La peculiar idiosincrasia de Elon Musk, tachado de visionario por unos y de prestidigitador por otros, tiende a mover al accionariado más por fe que por cifras, como deja patente que una compañía que apenas ha conseguido dar beneficios en un par de trimestres durante toda su trayectoria y haya fallado en cumplir sus previsiones una y otra vez siga dando esperanzas de crecimiento a algunos inversores.
La última apuesta anunciada por la compañía es la creación de un sistema de taxis de conducción autónoma con los vehículos Tesla ya vendidos. La estrategia es ofrecer dinero a los propietarios de los coches para que pongan su vehículo a disposición de otros usuarios a cambio de entre un 15 o 20% de lo que abone el arrendatario, una mezcla entre los modelos de negocio de Uber y de Airbnb. La cifra lanzada por Musk es que en 2020 habrá hasta un millón de vehículos de Tesla que participen en este programa. Además, en los lugares donde haya insuficiente oferta de vehículos, será la propia automovilística quien pondrá a disposición de los usuarios algunos coches pertenecientes a la empresa.
Así, los bajistas siempre han mantenido fuertes posiciones en la compañía, al entender que, al menos en lo referente al sector automovilístico, cuenta con una valoración muy superior a otras grandes pese a contar con una fracción de sus ventas. De hecho, antes de la presentación de resultados, el número de 'cortos' en el accionariado de Tesla era el mayor desde el comienzo de 2019, con 8.900 millones de dólares en total. Se sitúa así como la automovilística con más apuestas en contra de todo el mundo.
En lo que va de año, Tesla se ha dejado más de un 20% de su valor, al tiempo que el S&P 500 y el Nasdaq Compuesto marcan máximos históricos tras avanzar más de un 16% en lo que llevamos de 2019.