Empresas y finanzas

Sir Fred Goodwin: el villano de la City

La sangría del Royal Bank of Scotland ha rescatado del olvido a su director ejecutivo hasta octubre del año pasado, que desde entonces había pasado a un prudente segundo plano. El lunes volvió a recordarse su nombre y su gestión, que aparecía bajo los números rojos que presentó la entidad. La estimación provisional afirma que el agujero puede alcanzar los 31.040 millones de euros, el mayor de la historia de la industria británica, que casi dobla el récord anterior, el que ostentaba Vodafone en 2006, cuando reportó un déficit de 16.628 millones de euros.

Ahora, con el banco en manos del Gobierno en un 70% de su accionariado, las voces se alzan contra el que, hasta la amenaza de colapso del pasado otoño, era uno de los ejecutivos más reputados. El RBS (RBS.LO), que pasa por ser una de las entidades que firman las libras escocesas, llegó a alcanzar el segundo puesto entre los bancos de la Union Jack. Entonces, hace apenas dos años, su valor en el mercado alcanzaba los 83.143 millones de euros.

El retroceso de los títulos al que asistimos este lunes en el FTSE100 terminó por adelgazar la compañía, famélica en su paso por la crisis crediticia, hasta alcanzar un precio cercano a los 5.000 millones de euros. No queda lejos 2004, cuando fue nombrado Caballero por Tony Blair y acababa de forjarse una reputación inigualable gracias a su ansia por las adquisiciones.

La operación en la que se hizo con el Natwest cimentó las bases del banco del tartán, cuando el pez chico arremetió contra el grande, que le triplicaba en tamaño. Sir Fred Goodwin mantuvo el pulso firme a la hora de firmar el despido de 18.000 trabajadores y consiguió ahorros de costes que superaron los 4.434 millones de euros.

El impulso que recibió le permitió aspirar al ABN Amro con un consorcio en el que le acompañó Santander (SAN.MC) y Fortis <:FORB.BR:> y que, en su caso, supuso el principio del fin. Los mismos accionistas que aprobaron la compra pidieron su dimisión cuando anunció una ampliación de capital récord. Convertidos ya en tiburón, habían mordido más de lo que podían tragar y la nueva situación diluía el valor de los títulos. La operación ha sido el lastre que ha sumido al RBS en el caos.

El banquero escocés se hizo con las riendas del banco en 2000 y la emisión de derechos ya provocó que por primera vez pusiera su cargo a disposición del consejo. La dimisión fue rechazada la primera vez, pero no así la segunda. Goodwill ha vuelto en esta ocasión a los titulares, pero ahora se tilda de megalómano a aquel que deslumbró a la City con sus adquisiciones. Se negó a pedir disculpas por su labor en los últimos años y ahora los accionistas piden explicaciones por los más de 2,2 millones de euros que recibió como incentivos el año anterior el máximo ejecutivo de la entidad.

Su trayectoria

Sir Frederick Anderson Goodwin, nació en Pasley el 17 de agosto de 1958. Se aleja del perfil de colegios y universidades privadas del resto de los directivos de la City provenientes de Escocia. Nunca pisó Oxford, sino que estudió la carrera de leyes en la mucho más modesta Universidad de Glasgow. Coleccionista de coches, posee dos Ferraris y tiene predilección por los deportivos clásicos.

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