
Mejor dirección, mejor fotografía y mejor película de habla no inglesa. Esos fueron los Oscar que se llevó Roma, la película de Cuarón distribuida a través de Netflix y que ha agitado los pilares de Hollywood.
No son poco los pesos pesados de la industria que han visto con malos ojos que una película de una plataforma digital haya recibido tal reconocimiento al entender que, para que sea considerado como cine, ha de tener un determinado tiempo de exhibición fuera de internet.
Por ello, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, la institución que entrega los Oscar, apuntó a que podría cambiar las reglas de estos premios para limitar el impacto de Netflix y de otras plataformas de contenido. Sin embargo, el Departamento de Justicia de EEUU ha advertido ahora que, de hacerse, podrían plantear problemas de antimonopolio y violar la ley de competencia.
Según ha informado Variety, el jefe de la división de defensa de la Competencia del Departamento de Justicia, Makan Delrahim, expresó su preocupación sobre estas posibles medidas al gerente general de la Academia, Dawn Hudson. En la misiva, explicaba que las nuevas reglas podrían ser entendidas como "una manera de suprimir a la competencia".
"En el caso de que la Academia, una asociación que incluye a varios competidores en su membresía, establezca ciertos requisitos de elegibilidad para los Oscar que eliminen la competencia sin una justificación procompetitiva, tal conducta puede generar inquietudes antimonopolio", escribió Delrahim.
El responsable de Competencia de EEUU, apuntó además que la Ley Sherman "prohíbe los acuerdos anticompetitivos entre competidores. En consecuencia, los acuerdos entre competidores para excluir a nuevos competidores pueden violar las leyes antimonopolio cuando su propósito o efecto es impedir la competencia por los bienes o servicios que los consumidores compran y disfrutan, pero que amenazan las ganancias de las firmas establecidas".
Una polémica alimentada por Spielberg
Entre las medidas que plantea la Academia está si las películas deben exhibirse en cines durante un período específico para competir por los premios, lo que podría excluir a Netflix o forzar a la compañía a llegar a acuerdos con distribuidoras para optar a los galardones.
Roma se ha estrenado en cines, pero según algunos miembros de la Academia no se ha respetado el tiempo suficiente que separa la posibilidad de verlo en exposición pública con poder hacerlo en casa. Y es que la estrategia de Netflix pasa por reducir esos tiempos, o incluso por estrenarlo a la vez.
La polémica sobre qué debe ser considerado cine y qué no se ha espoleado después de unas palabras del director de cine Steven Spielberg.
El padre de ET o Parque Jurásico explicó en una entrevista que de transmisión han mejorado la calidad de la televisión, pero "una vez que te comprometes con el formato de televisión, eres una película de televisión... Si es un buen programa, merece un Emmy, pero no un Oscar". A esto Netflix replicó que "Nos encanta el cine. También hay algunas cosas que nos encantan. El acceso para personas que no siempre pueden pagar o que viven en ciudades sin cines. Permitir que todos, en cualquier lugar, disfruten de los lanzamientos al mismo tiempo. Dar a los cineastas más formas de compartir el arte. Estas cosas no se excluyen mutuamente".
En cualquier caso, en estos días se está celebrando la reunión anual de exhibidores en Las Vegas (EEUU) y John Fithian, presidente y director ejecutivo de la Asociación Nacional de Propietarios de Cines aboga por la coexistencia de Netflix y las salas.
Fithian indicó, según recoge Reuters, que la plataforma y los cines pueden coexistir felizmente, citando datos que muestran que los mayores consumidores de vídeo en streaming son los clientes que van al cine con más frecuencia. También indicó que Netflix había ayudado a reavivar el interés en los documentales, lo que había ayudado a atraer a la gente a los cines para verlos.
Eso sí, Fithian también cree que las películas son mucho más potentes, comercialmente, cuando alcanzan un "robusto estreno en cines", ejemplificando el estreno de Crazy Rich Asians de Jon M. Chu, diciendo que su película no habría tenido tanto éxito si se hubiera estrenado directamente en streaming.