ACS y Elecnor lideraron la formación del cártel del AVE para repartirse contratos de Adif por más de 1.200 millones de euros y "frenar la entrada de nuevos competidores" en el mercado de la electrificación ferroviaria. "Con estas conductas las empresas del cártel han podido mantener su cuota de mercado, que entre todas superaba y supera aun a día de hoy el 90%, y retrasar la entrada de otros competidores", subrayó Comsa en sus alegaciones a la investigación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Así, y siempre según la información que maneja el superregulador, la constructora de Florentino Pérez y la multinacional que preside Rafael de Bustamante promovieron desde el primer momento (mayo de 2002) la creación de una "estrategia colusoria" para "amañar" los concursos públicos; estuvieron presentes en todos los acuerdos hasta 2016 e incluso firmaron alianzas para compartir contratos puntuales. Por ejemplo, en diciembre de 2015 el director de Electrén (filial de ACS), el delegado de ferrocarriles de Elecnor y el de Semi (ACS) firmaron un acuerdo para repartirse dos contratos licitados por Adif en la zona Noroeste para sustituir un pendolado y rehabilitar una catenaria. La estrategia seguida consistía en que dos de las empresas tenían que presentar ofertas con bajas temerarias que no podían justificar de manera que el concurso lo ganara la tercera y luego repartiera su importe.
Asimismo, cuando había algún tipo de desavenencia entre "las empresas firmantes del acuerdo base de 2002" y decidían no presentar una oferta conjunta, trataban de ponerse de acuerdo para repartirse las obras. Por ejemplo, Cobra y Semi optaron por no acudir a licitación por la construcción y mantenimiento de la catenaria Orense-Santiago, publicada en 2009, de la mano de Elecnor, que presentó una propuesta en solitario. Pero, antes de que se abriesen los sobres plantearon repartirse el contrato mediante subcontratas en referencia "a la larga trayectoria conjunta de las tres empresas", recoge un correo enviado por Cobra.

No en vano, tanto Elecnor como las cuatro filiales a través de las que ACS participó en los cárteles (Cobra, Semi, Cymi y Electrén) son las que han recibido las multas más altas por "amañar" las licitaciones y las que tienen el coeficiente sancionador más elevado, que se fija en función de "la gravedad de los hechos, la duración de la participación de cada directivo, su nivel jerárquico dentro de la organización y la conducta acreditada". En concreto, CNMC ha sancionado a las cuatro firmas de ACS con 51,1 millones de euros y a Elecnor con 20,4 millones de euros, lo que supone el 60% de la multa total impuesta a las 15 firmas que conformaron los cárteles investigados.
Según la resolución del organismo que preside José María Marín Quemada, los directivos de las filiales de ACS y de Elecnor estuvieron presentes en todas las reuniones que llevaron a cabo las principales empresas del sector entre 2002 y 2016 para "repartirse todas las licitaciones que fueran convocadas para el mantenimiento del sistema eléctrico de la red convencional", establecer el método de reparto y realizar el seguimiento de los acuerdos para garantizar su correcta ejecución. En este punto, Elecnor no era sólo un denominador común en estas alianzas, en las que entraban y salían otras firmas, como Vimac o Moyale, que no han sido incoadas en el expediente, si no que tenía un papel proactivo llegando a proponer la convocatoria de reuniones y perfilando los sistemas de reparto y compensación. Por ejemplo, en un correo electrónico remitido por la multinacional dice que "hay una oferta en la que es necesario reunir a la mesa".
En este punto, en la resolución se incluye unas anotaciones manuscritas del delegado de Subestación de Interior de Elecnor de 21 de noviembre en la que establece la sistemática a seguir respecto el reparto de las licitaciones. Entre ellas se encuentra que todas las empresas estudiaran las ofertas, que se establece un orden aleatorio de adjudicación por sorteo, que se tienen que igualar las contrataciones...
Así, la idea es que pactan una estrategia para presentar "ofertas poco competitivas o temerarias" que aseguren que la elegida se lo lleva. Paralelamente se establece un sistema de compensación para repartir parte de la facturación entre el resto de las firmas del cártel, a modo de subcontratas. "Se establece un 6% sobre la cifra de contratación a repartir a partes iguales entre las tres empresas no adjudicatarias", recogen las anotaciones recabadas en Electrén.
Las empresas han adoptado acuerdos en relación con 239 licitaciones en líneas de tren convencional, de las que han sido adjudicatarias un total de 173 contratos, con un importe total de adjudicación de 134.,8 millones de las que las fimas de ACS se adjudicaron contatos por unos 62,6 millones de euros y Elecnor por 13,35 millones.
El cártel para repartirse contratos de electrificación de la líneas ferroviarias de alta velocidad se remonta a 2002, cuando Cobra, Elecnor, Semi y Siemesn firman un "Acuerdo de Colaboración para los proyectos de subestaciones de tracción para Alta Velocidad Ferroviaria". En 2003, tras publicarse la licitación del tramo Madrid-Valldolid modificaron el pacto para presentarse por UTE y tratar de repartise el dinero. La CNMC no incluye estos acuerdos por estar prescritos.
En esta línea, Cobra, Elecnor, Electrén y Semi acordaron el reparto de cinco licitaciones en enero y febrero de 2008 para la construcción y mantenimiento de sistemas de electrificación de líneas de alta velocidad. La estrategia constió en crear distintas UTE para repartirse a partes iguales el 50%. Dos de las empresas debían formar parte de las UTE adjudicataria y las otras dos empresas participaban en el contrato a través de la subcontratación. En 2010 se incorporaron al acuerdo de reparto Siemens, Inabensa (Abengoa), Cymi, EYM, Isolux, Alstom, Comsa y Neopul. Finalmente se repartieron acuerdos por 837 millones de euros. Si se incluyen las licitaciones de 2003 y 2005 fueron 1.054 millones de los que las firmas de ACS se llevaron 398 milloenes y Elecnor 129 millones.