Empresas y finanzas

Las constructoras solicitan a Australia que ataje el 'monopolio' de Transurban

  • Los grupos españoles reclaman que se abaraten los costes de licitación
Autopista Westconnex, en Sidney (Australia). Autor: Alamy Stock Photo.

Las grandes constructoras españolas han reclamado a las autoridades de Australia que actúen para impulsar la apertura a la competencia el mercado de las infraestructuras concesionales, que está altamente dominado por la compañía local Transurban.

Se trata de una situación que enfrentan desde hace años y que tuvo su punto culmen hace unos meses cuando todos los grupos que habían mostrado su intención en participar en la privatización del Westconnex, entre las que figuraban ACS, Ferrovial y Globalvia -Abertis y Roadis también mostraron interés inicialmente-, decidieron retirarse del proceso.

Además, han pedido que se aligeren las cargas económicas que supone licitar en el país. Las autoridades australianas han recogido el mensaje y ahora las empresas confían en que tenga su efecto.

ACS, propietario de Cimic, Ferrovial y Acciona se erigen en los tres grupos españoles con más intereses en el negocio de las infraestructuras en Australia. En su apuesta por el país se han topado sin embargo con un mercado en el que Transurban prácticamente ejerce un papel de monopolio.

Ferrovial, Acciona, ACS, Abertis y Roadis quieren crecer en el mercado australiano

Esta compañía, que también está presente en Estados Unidos, opera 15 de las 19 autopistas de peaje australianas. Esto le permite controlar una cantidad de información que le otorga una ventaja difícil de superar para el resto de competidores.

Transurban adquirió esta posición hace años a través de negociaciones bilaterales con los clientes y ahora, cuando hay concesionarias internacionales y fondos interesados en los procesos, cuentan "con una información brutal que hace que sea muy difícil batirle", explican altos directivos españoles.

Así ocurrió el año pasado con la privatización del 51 del Westconnex, la principal autopista urbana de Sidney (Australia), en un proceso valorado en unos 5.000 millones de euros.

Primero Globalvia y después Ferrovial y ACS se retiraron de la carrera antes de presentar sus ofertas vinculantes ante la expectativa de que Transurban realizaría una propuesta inalcanzable -fue la única que pujó-. En ese entorno, de hecho, se habían abierto investigaciones sobre las "ventajas de incumbencia" que se le atribuyen.

Los grupos españoles "hemos pedido a las autoridades australianas que obligue a Transurban a compartir información para poder competir" y "esperamos que así lo hagan", señalan las fuentes consultadas.

De hecho, en el marco de la operación del Westconnex, a instancias de los organismos de competencia, la concesionaria australiana se comprometió a publicar más datos de tráfico. En paralelo, han demandado que se implante algún tipo de devolución económica en los procesos de licitación puesto que "son muy caros".

Ferrovial y Acciona ganaron hace cuatro años la construcción y explotación de la autopista Toowoomba, en Queensland. ACS, por su parte, es líder en construcción con Cimic, y tras la compra de Abertis confía en asaltar el negocio de concesiones.

El grupo catalán ya se topó hace cinco años con Transurban. La firma local pagó casi 4.800 millones por las vías de peaje de Queensland, casi 400 millones más que lo que ofreció la firma controlada hoy por Atlantia y ACS. También Globalvia y Roadis tienen interés en desembarcar en Australia.

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