Los mandos intermedios del fabricante de automóviles nipón han decidido echarle una mano a la compañía, que tampoco ha podido librarse de la caída de la demanda en todo el mundo. Según anunciado Toyota, parte de sus 2.200 ejecutivos comprará, de forma voluntaria, coches de la firma en un intento por reactivar las ventas.
"No es una decisión de la empresa, sino de los ejecutivos, que han propuesto el plan voluntariamente en una erunión informal", aseguró el portavoz de Toyota, Keisuke Kirimoto.
Paliar las pérdidas
Según indica Reuters, normalmente las firmas niponas animan a sus empleados a comprar los coches de sus respectivas compañías en lugar de los de los competidores como signo de lealtad, pero esta es la primera vez que surge una iniciativa colectiva de este tipo.
La peculiar medida se llevará a cabo de cara al cierre del ejercicio fiscal del grupo automovilístico, que concluye el 31 de marzo, para minimizar el deterioro de sus cuentas.
Y es que las previsiones apuntan a que Toyota, el mayor fabricante de coches del mundo, podría sufrir este año las primeras pérdidas operativas desde que empezara a publicar sus resultados financieros en 1940. El mercado espera que sus ingresos caigan un 18% frente al ejercicio anterior y el propio grupo pronostica unos números rojos de 1.668 millones de dólares debido a la caída del consumo mundial.
En los últimos días, Toyota ha decidido dejar de lado sus planes de construir dos plantas en Rusia y Tailandia, además de suspender la producción en sus fábricas de Japón durante once días.