El taxi busca in extremis una salida al conflicto desatado en Madrid ante la cerrazón de la Comunidad a negociar cualquier propuesta que incluya la precontratación temporal de la VTC y, por extensión, la salida de Uber y Cabify de la capital, como ha pasado en Barcelona.
El gremio lleva doce días de huelga indefinida y las divisiones internas y el cansancio empiezan a hacer mella en su batalla por lo que las cinco asociaciones que conforman el comité de huelga (Caracol, Elite, Gremial, AMT y Antaxi) pactaron ayer por la tarde renunciar a fijar una precontratación temporal concreta por ley y al recorrido mínimo de 5 kilómetros, las dos líneas rojas marcadas por el Ejecutivo de Ángel Garrido, para desbloquear el conflicto y conseguir modificar la ley 20/1998 antes de que se cierre la Asamblea por las elecciones. Según fuentes cercanas a la Comunidad, para que la modificación legal se pueda aprobar por vía de urgencia y lectura única se tiene que presentar antes del 15 de febrero
La Asamblea se cierra a finales de marzo por las elecciones por lo que el tiempo se acaba
Con estas renuncias sobre la mesa, el taxi presentó ayer a las 22.05 horas una segunda contrapropuesta que busca dejar en el tejado de Manuela Carmena el reto de fijar el periodo de espera mínimo entre la contratación del servicio de Uber y Cabify y su prestación efectiva. Así, no renuncian del todo al objetivo que les llevó a la huelga el pasado 21 de enero, si no que buscan una salida honrosa en el Ayuntamiento, donde Inés Sabanés, delegada del área de medio ambiente y movilidad, ya se mostró dispuesta a legislar en favor de los intereses del gremio. Cualquier reglamento que apruebe el Ayuntamiento es fácilmente recurrible por las VTC o la CNMC.
Pese al gesto, la vía Carmena planteada por el taxi para solucionar el conflicto no convence a la Comunidad de Madrid. "Si el sector pretende conseguir la contratación previa de las VTC por la vía Colau o por la vía Carmena, la Comunidad no lo va a aceptar", ha asegurado Garrido en declaraciones a los medios. Así, el presidente regional ha reiterado que no va a aceptar nada que suponga la desaparición de las VTC en Madrid y que cualquier acuerdo tiene que ser consensuado con los dos sectores.
Y es que, aunque el texto, al que ha tenido acceso este diario, elimina la hora de precontratación mínima, sí que deja claro que "los municipios serán competentes para establecer o modificar aquellas condiciones de la contratación previa que consideren más convenientes, mediante su normativa propia. En particular (...) podrán establecer ese intervalo de tiempo, con carácter general o en condiciones específicas". El concepto de tiempo se incluyó ayer a ultima hora ya que en el primer borrador no había ninguna referencia al mismo, igual que se ha desterrado por completo la posibilidad de que la precontratación se pueda establecer en función a la distancia, que era la alternativa pactada por Comunidad y Ayuntamiento.
Así, el texto define que un servicio se considera precontratado cuando "la solicitud por parte del usuario se efectúa de forma previa, expresa y concreta con anterioridad al inicio de éste", el cual se produce en el momento en el que "el arrendador acepta efectuar de forma expresa el trayecto, de acuerdo con el tiempo de antelación mínimo al inicio de la ejecución del servicio".
Sin lunas tintadas y prohibido aparcar
Aunque hay algunas renuncias expresas, como la del trayecto mínimo de 5 kilómetros, el gremio mantiene exigencias que tampoco gustan a la Comunidad de Madrid y que dificulta a las VTC prestar su servicio y ser rentables. Así, el gremio mantiene que los coches de Uber y Cabify no puedan tener las ventanillas tintadas, que además de dar intimidad a los clientes, permite mantener mejor la temperatura del interior del vehículo e implementa la eficiencia. "Los vehículos deberán estar provistos de ventanillas de lunas transparentes e inastillables en todas las puertas y la parte posterior del vehículo de modo que se consiga la mayor visibilidad, luminosidad y ventilación posible", recoge el texto.
"Los vehículos VTC no podrán, en ningún caso, circular por las vías públicas en busca de clientes, ni permanecer estacionados en vía pública"
Otro de los puntos más polémicos a los que no renuncian es prohibir a los coches de VTC aparcar en superfcie y la obligación de que vuelvan a la base cuando terminen el trayecto, lo que incrementaría los costes de los servicios. Tambien se matiene la prohibición de alquilar las plazas por separado, es decir, de ofrecer el servicio compartido que Fedetaxi también ha solicitado en Madrid. "Los vehículos dedicados a la actividad de arrendamiento con conductor no podrán, en ningún caso, circular por las vías públicas en busca de clientes, ni permanecer estacionados en vía pública sin contrato u hoja de ruta", recoge el texto.
Los taxistas han pedido una "reunión urgente" a la consejera de Transporte, Vivienda e Infraestructura, Rosalía Gonzalo, para abordar el nuevo texto y "tener una negociación que hasta ahora no ha habido". Todavía no se ha convocado al gremio a negociar y fuentes de la Consejería aseguran que no tiene previsto hacerlo hoy viernes.