
Sacyr quiere seguir potenciando su negocio de concesiones, erigido en el principal motor de crecimiento en los resultados del grupo. Después de aterrizar en el último año en la explotación de aeropuertos en Chile, la compañía española quiere avanzar en este segmento y ha identificado nuevas oportunidades. En este sentido, lidera un consorcio que se ha colocado entre los cuatro finalistas para un segundo aeropuerto en el país andino. Se trata del Aeropuerto de Chacalluta de Arica. Para ello, se ha vuelto a aliar con Agunsa, el socio con el que logró en la primavera pasada su primer proyecto aeroportuario de concesiones. Remitirán previsiblemente su oferta económica esta semana.
Sacyr y Agunsa compiten en la última fase con las compañías Icafal Inversiones, Empresa Constructora Belfi y Aport. El contrato consiste en la ampliación, reparación, conservación y reposición de la infraestructura, equipamiento e instalaciones existentes en el aeropuerto. Asimismo, el ganador se hará cargo de la concesión durante un periodo de 20 años.
Está previsto que las obras comiencen en 2020 y finalicen en 2023. Las obras tienen un presupuesto de 85,1 millones de dólares (74,1 millones de euros al cambio actual) e implicarán la duplicación del edificio de la terminal, de manera que alcanzará una superficie de 11.600 metros cuadrados. Se estima que el aeropuerto tendrá una capacidad para 1,14 millones de pasajeros. El Aeropuerto de Chacatulla es el más septentrional de Chile. Se ubica a 18,5 kilómetros al norte de la ciudad de Arica, en la Región de Arica y Parinacota.
Sacyr busca así su segundo aeropuerto en Chile. El pasado mes de abril, la constructora que preside Manuel Manrique anunció la adjudicación de la ampliación, financiación, construcción y gestión durante seis años del aeropuerto El Tepual-Puerto Montt, el cuarto por tráfico del país. El proyecto tiene un presupuesto unos 29 millones de euros e incluye también la ampliación y mejora de la terminal de pasajeros para duplicar la actual capacidad del aeropuerto, de forma que podrá recibir a tres millones de pasajeros.
Sacyr tuvo una aproximación anterior a la actividad de explotación de aeropuertos cuando en 2007 el Gobierno de Murcia le adjudicó la construcción y operación del nuevo aeródromo de Corvera. Sin embargo, se generaron una serie de disputas que provocaron su expropiación y la adjudicación de la operación, en 2017, a Aena.
Para Sacyr, la explotación de aeropuertos es una nueva línea de negocio dentro de su actividad de concesiones. En su estrategia de crecimiento ha optado por la diversificación más allá de autopistas, hospitales e intercambiadores. No en vano, en la recta final de 2018 también entró en la operación ferroviaria con la adjudicación del Ferrocarril Central, en Uruguay. Es la séptima mayor concesionaria del mundo con 36 activos en 10 países.