
Las acciones Inditex, dueño de cadenas como Zara o Massimo Dutti, se anotaron hoy una caída en bolsa del 2,2%, la quinta mayor del Ibex 35, y cerraron la sesión a 22,25 euros, su cota más baja desde enero de 2015 y con la que su valor bursátil se sitúa por debajo de los 70.000 millones de euros.
A falta de sólo tres sesiones para el cierre del año en bolsa, la compañía, que inició el ejercicio con una capitalización de 87.891, millones, se ha dejado en el parqué el 21,08% de su valor, equivalente a 18.545 millones de euros más que su actual peso en bolsa (69.345,8 millones).
Sólo en diciembre, las acciones del mayor grupo textil del mundo se han depreciado el 17,87%, lastradas principalmente por unos resultados que no convencen al mercado y las dudas que rodean al presente del sector de la distribución y su capacidad para adaptarse a las demandas del usuario y los cambios introducidos por las tecnologías.
Esta incertidumbre, que como telón de fondo tiene el retroceso del consumo, se vio acrecentada con la revisión a la baja de las previsiones de la británica Asos, que arrastró en bolsa a comparables.
En el caso particular de Inditex, cuyas acciones marcaron en mayo de 2017 su máximo histórico en 35,886 euros, también ha pesado en su contra en las últimas sesiones un nuevo informe, en este caso de Credit Suisse, en el que los analistas advierten de que su modelo de negocio comienza a mostrar signos de agotamiento.
En los primeros nueve meses de su ejercicio fiscal (febrero a octubre), el grupo presidido por Pablo Isla ganó 2.438 millones de euros y facturó 18.437 millones, el 4,1% y el 2,6% más que un año antes.
Aunque en términos absolutos el beneficio y la facturación marcaron récords, en cifras relativas (comparativa interanual), la evolución del resultado neto fue la peor para el periodo desde 2014 (cuando en nueve meses subió el 0,7%) y la facturación registró el menor aumento desde que cotiza en bolsa y publica cuentas (2001).
No obstante, durante la presentación de las cuentas a los analistas, Isla defendió que la compañía sigue confiando en su modelo de negocio, en el que la apuesta se centra por la integración del comercio tradicional y el de internet, y continúan viendo muchas posibilidades de crecimiento global.
"Creemos mucho en nuestro modelo de negocio y en nuestra forma de ejecutarlo. Creemos en la calidad de nuestros productos y hemos preferido proteger aquello en lo que creemos y no entrar en la muy significativa actividad promocional que hemos visto en el sector", aseveró Isla el pasado 12 de diciembre.
Según el ejecutivo, esa decisión, unida a otros factores como al estricto control de gastos, ha permitido elevar de "manera muy saludable" el margen bruto en unos meses de marcada volatilidad por factores externos, como, por ejemplo, la depreciación de algunas divisas o las adversas condiciones climatológicas.
¿Qué habría pasado si hubieran hecho promociones?, le ha preguntado una analista, a lo que Isla ha contestado que prefería no especular y que creen que tomaron la "decisión acertada".
En este sentido, destacó que el margen bruto -la diferencia entre el precio sin IVA de un producto y su coste de producción y que, por tanto, mide el beneficio que obtiene una empresa por él-, se situó en el 58%, 56 puntos básicos más que un año antes. Sólo en el tercer trimestre, subió 108 puntos básicos.
Las ventas comparables (tiendas físicas y online que llevan abiertas más de un año) entre agosto y noviembre (mes del "Black Friday") crecieron un 3% tras un buen inicio de campaña, un septiembre extraordinariamente cálido y un crecimiento sólo entre octubre y noviembre del 5%.