
La insistente sugerencia del Banco de España para que las entidades financieras reduzcan sus activos tóxicos no cae en saco roto.
La venta de activos anunciada hoy por Bankia, por la que va a traspasar a Lone Star activos inmobiliarios y créditos dudosos valorados en 3.070 millones, va a permitir al banco reducir en 6.000 millones este ejercicio su cartera de activos tóxicos. De hecho, con esta operación duplica su objetivo anual de reducción de tóxicos, que, de acuerdo con su plan estratégico, ronda los 3.000 millones de euros anuales.
En concreto, Bankia alcanzado un acuerdo con dos filiales del fondo Lone Star XI para la constitución de una sociedad a la que la entidad financiera traspasará activos inmobiliarios y créditos hipotecarios de dudoso cobro por un total conjunto aproximado de 3.070 millones de euros de valor bruto contable, ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La cartera de activos inmobiliarios tiene un valor bruto contable aproximado de 1.650 millones de euros (1.480 millones de euros en activos inmobiliarios adjudicados y 170 millones en inmuebles en alquiler), mientras que la cartera de créditos hipotecarios de dudoso cobro está valorada en 1.420 millones de euros.
El acuerdo cerrado hoy con Lone Star le valdrá a Bankia para adelantar un año su propio plan estratégico
Este salto, como reconoce la propia entidad en el hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) le valdrá para adelantar un año su propio plan estratégico. La entidad esperaba cerrar 2020 con una cartera de activos improductivos de cerca de 8.800 millones. Tras el acuerdo alcanzado hoy, la cifra rondará los 11.200 millones, frente a los más de 17.000 millones con los que despidió 2017. Al igual que ha sucedido con otras grandes operaciones de ladrillo este ejercicio, el banco creará una sociedad conjunta con Lone Star, de la que controlará un 20%.
En lo que llevamos de ejercicio, los fondos de capital riesgo han absorbido más de 70.000 millones de euros de ladrillo tóxico de los bancos este año, en un contexto en que Bruselas y el Banco de España están instando a que se aceleren las ventas. Algunos países europeos lo están poniendo como condición previa para poner en marcha el fondo de garantía de depósitos europeo, que sería muy positivo para la banca española, porque ayudaría a reducir la prima de riesgo país sobre el sector financiero, que es más elevada en nuestra economía que en otras.
La operación, además, tendrá un impacto positivo en capital, lo que mantiene la expectativa de que Bankia pueda repartir un dividendo extraordinario. En febrero, el banco anunció que, en el caso de que al cierre del ejercicio su ratio CET 1 Fully Loaded fuera superior al 12%, el consejo valoraría repartir el exceso vía un dividendo extraordinario. Según los cálculos de la propia entidad, la operación, que está previsto que se cierre en el segundo trimestre de 2019, generará 12 puntos básicos de capital de máxima calidad, aunque provocará un impacto negativo de 85 millones en los resultados de este ejercicio.
De acuerdo con las estimaciones del consenso de mercado que elabora FactSet, antes de conocerse la operación de hoy, se preveía que Bankia cerrara el año con un ratio CET 1 Fully Loaded del 13,1%; holgadamente superior al 12% "mínimo" para plantear el reparto de un posible extraordinario.