
Hoy se cumple el sesquicentenario del nacimiento de Francesc Moragas, fundador de La Caixa. Actualmente transformada en CaixaBank, la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros fue, en el momento de su creación, una institución novedosa y claramente imbuida por los valores de su promotor. Un hombre cuya actitud se resume en esta frase que solía repetir: "Lo imposible tan solo es un poco más difícil que las cosas difíciles".
Francesc Moragas estudió Derecho en la Universidad de Barcelona, y su primera incursión en el mundo laboral fue en 1894, cuando tomó las riendas de la revista Los Seguros, fundada diez años antes por su padrastro, el abogado Juan Antonio Sorribas. Apenas mediada la veintena, Moragas tuvo así la oportunidad de orientar sus conocimientos jurídicos hacia uno de los temas que siempre le había interesado: la previsión social.
En ese momento, los seguros eran un producto muy poco conocido en España, y Moragas estaba convencido de su utilidad a la hora de mejorar la autonomía y la estabilidad de los más desfavorecidos. Así, se centró fundamentalmente en el seguro de retiro obrero -las pensiones para la vejez- y en el seguro sobre accidentes de trabajo. Su trabajo en este ámbito le vinculó, en calidad de asesor, a la creación en 1908 del Instituto Nacional de Previsión, institución pionera en España.
Esta sensibilidad social de Moragas tuvo su máxima expresión en los albores del siglo XX. Las revueltas sociales –ocasionadas por las condiciones de trabajo de los obreros-, estallaron en 1902 en forma de huelga general en Barcelona. La crudeza de la situación llevó a Moragas, a impulsar, junto a Lluís Ferrer-Vidal, la Revista Social en marzo de ese año. Junto con Los Seguros, esta publicación se convirtió en la plataforma para su proyecto de caja de pensiones para la vejez.
Ferrer-Vidal y Moragas, presidente y secretario de la primera patronal de Cataluña, hicieron además un llamamiento público a los barceloneses para que aportaran dinero para los heridos y los familiares de los fallecidos en las revueltas. Lo que excedía de esta prioridad se destinaría a hacer realidad ese proyecto de previsión social. Así, en abril de 1904 se constituía oficialmente, con el apoyo de diversas entidades de la sociedad civil catalana, la Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros. El 16 de abril fue inaugurada por el rey Alfonso XIII, que fue nombrado presidente honorario y protector de la nueva entidad.
Hacia 1920, la entidad se convirtió en la primera caja de ahorros de Cataluña y de España. La impronta de Moragas, su director general, se manifestó desde la primera hora. Al principio, las cajas destinaban todos sus excedentes a la formación de reservas, mientras que la Obra Social se limitaba a la concesión de premios a impositores y pequeños donativos a instituciones benéficas y culturales.
La respuesta de las clases populares a la aparición de "la Caixa" no se hizo esperar, y en muy pocos años esta administraba más de la mitad del ahorro de los catalanes. En vida de Moragas, hasta 1935, se habían abierto un centenar de oficinas por toda Cataluña y en Baleares, Madrid y Andorra. Las propuestas de ahorro y previsión se popularizan, y La Caixa crece de forma constante, hasta alcanzar, a principios de los años treinta, el 60% del ahorro catalán y el 25% del conjunto del español. "Haremos una caja de gran volumen. Mantenga la calma. Ya lo verá enseguida", aseguró Moragas a Josep Pla.
La Caixa creó antes que nada una sólida base financiera a partir de la cual pudo desarrollar una ingente Obra Social. Si bien la primera actuación, en el año 1915, fueron los Homenajes a la Vejez, las obras sociales se crearon en su mayoría a partir del 1920. Entre ellas se puede destacar la Obra Maternal, el Instituto de la Mujer que Trabaja, el Amparo de Santa Lucía para Ciegas, la Clínica de Cirugía de Santa Madrona, el Instituto Catalán para Ciegos, la Obra Antituberculosa, la Obra Cultural de las Casas de Cultura y Bibliotecas Populares, la Obra Agrícola y las Colonias Infantiles y Sociales Obreras. La mayoría de estas obras sociales se interesaron en algunos de los grandes problemas que tenía la clase obrera y representan las primeras actuaciones de la previsión en España.
Con este mismo afán, Moragas apostó por la investigación, la cultura y la educación. Los valores que le inspiraron a lo largo de toda su vida y sus obras han perdurado en el tiempo y hoy vertebran la labor de la Fundación Bancaria La Caixa, una de las principales fundaciones del mundo.
Actos conmemorativos
En diciembre de 2018 dieron lugar los actos con los que la Fundación Bancaria La Caixa quiere ensalzar la figura de su fundador. En palabras de su presidente, Isidro Fainé: "La figura de Francesc Moragas ha sido capital, tanto para La Caixa como para el país. Fue un hombre de acción, pero también, y sobre todo, un hombre de reflexión, de fuertes convicciones. Se movía sin hacer ruido y con prudencia, pero era atrevido en los proyectos y en el saber hacer, pues sus ideas se plasmaban en hechos concretos".
Fainé añade que "La transformación de La Caixa a lo largo de más de un siglo se ha hecho conservando su esencia, sus valores, su cultura organizativa y, por supuesto, su compromiso con la sociedad, con sus personas, con su cultura, con su educación y con su ciencia. Que la memoria de todo lo que hizo Moragas y todos los que han venido después nos ayude a poder seguir construyendo esta gran institución que hoy es y representa La Caixa".