El grupo sanitario Fresenius, dueño en España de Quirónsalud desde 2016, vivió ayer su particular viernes negro en la bolsa alemana tras anunciar por segunda vez desde octubre un profit warning que ha hundido su cotización un 17,71 por ciento. Así, los títulos del gigante alemán cerraron en 38,99 euros, marcándo mínimos desde 2015.
Este derrumbe llegó por la advertencia de la compañía que avisó de que no espera alcanzar su objetivo de beneficios para 2020 debido a que debe acometer mayores inversiones de las previstas.
"Fresenius considera que sus ambiciosos objetivos para 2020 no se cumpliran, dadas las expectativas actuales para 2018 y 2019", explica la firma en una nota, en la que especifica que espera un incremento de las ventas del 5 por ciento, con un beneficio neto estable. Antes, de la revisión, el grupo sanitario preveía un crecimiento de las ventas de entre el 7,1 y el 10,3 por ciento. En cuanto a los beneficios, estaba prevista una subida del 8,3 al 12,6 por ciento.
Esta corrección se debe también a que el fabricante de tecnología sanitaria ha visto cómo se reducían los ingresos de algunas clínicas privadas en Alemania, donde han aumentado los tratamientos ambulatorios y se han reducido las pernoctaciones en el hospital.
Asimismo, los problemas en el negocio de enfermedades renales de FMC en Estados Unidos también han hecho a la compañía replantearse sus objetivos. Concretamente, su filial de tecnología y servicios de diálisis Fresenius Medical Care perdía un 8,47 por ciento el viernes, hasta situarse en los 62,24 euros.
Las dificultades económicas en algunos países con economías emergentes, como la hiperinflación en Argentina, también han tenido un efecto negativo en el beneficio de la compañía, que tras el desplome del viernes capitaliza 20.900 millones de euros, mientras que la filial de diálisis lo hace en 18.190 millones de euros.
