
García Carrión, la empresa propietaria de los vinos y zumos Don Simón, ha engordado un 36% el peso de su deuda bancaria, hasta 535, 7 millones de euros, tras la compra hace justo dos años de Dafsa. Esa operación ha supuesto que los compromisos con la banca de la compañía murciana se eleven a más de 9 veces su resultado operativo y hasta el doble respecto a su patrimonio neto al cierre del último ejercicio.
Con fecha de 5 de diciembre del pasado año, la empresa formalizó un refinanciación de su deuda mediante dos créditos sindicatos por un importe total de 375 millones de euros destinados, según la compañía, "a refinanciar el préstamo existente y financiar las necesidades generales".
Fuentes de García Carrión explicaron ayer que el acuerdo de reestructuración bancaria "se ha firmado con un decena de entidades, entre las que figuran Santander, BBVA, Bankia, Sabadell y Rabobank". A 31 de diciembre del año pasado, García Carrión sumaba en concreto una deuda a largo plazo por un importe de 365,4 millones, a la que hay que sumar pagos pendientes también a corto por otro 170,3 millones más.
Tesorería de 184 millones
Las fuentes consultadas insisten, sin embargo, en que la deuda neta es menor puesto que "en 2016 había 94,1 millones en tesorería y al cierre del último año la cifra era de 184,1 millones". La deuda neta al cierre del último año se elevaría hasta los 351 millones de euros, lo que supondría un aumento del 17% aproximadamente respecto al año anterior. La compra de Dafsa permitió al grupo que preside José García Carrión recuperar su relación con Mercadona ya que fue precisamente esta compañía la que relevó como interproveedor de zumos, horchatas y gazpachos de la cadena, tras la ruptura de su alianza con Juan Roig, en 2006.
Con esta compra, García Carrión dio además un vuelco a su estrategia después de haber estado a punto de vender el año anterior su división de zumos, una operación para la que mantuvo negociaciones, entre otros, con el grupo holandés Gerber y con la firma de capital riesgo británica Cinven, que, sin embargo, no prosperaron. Pese al alto nivel de dueda asumido, además de poder volver a trabajar con Mercadona, esa operación ha permitido a García Carrión incrementar sustancialmente su nivel de ingresos, que suben un 24%, hasta 831,9 millones de euros. El problema de García Carrión es que el resultado no ha crecido en la misma proporción y el beneficio neto fue de solo 25,6 millones de euros, un 5,3% más que un año antes.
Tras alcanzar récord de facturación en 2013, cuando ingresó 755 millones de euros, la empresa anunció un plan para duplicar sus ventas hasta el año 2020, confiando en llegar entonces a una cifra de ventas de entre 1.500 millones y 1.600 millones de euros. El hecho es que la realidad ha sido muy distinta y pese a la compra de Dafsa, la empresa de la familia García Carrión sigue muy lejos de cumplir ese objetivo.
La empresa reduce sus márgenes en el último año
García Carrión ha sufrido en el último ejercicio tras la compra de Dafsa una reducción de sus margenes. En 2016 con unas ventas de 671,5 millones de euros, la compañía alcanzó un beneficio después de impuestos de 24,3 millones. El año pasado, sin embargo, con una cifra neta de facturación de 832 millones de euros, el beneficio fue de tan solo 25,6 millones. Es decir, que mientras que las ventas crecieron un 24% tras la compra del interproveedor de Mercadona, el resultado lo hizo apenas un 5%. En la práctica, esto significa que el margen de beneficio neto sobre ventas ha bajado del 3,6 al 3%.
Para intentar revertir ahora esta situación, año y medio después de su marcha tras una discusión con sus padres, Luciano García Carrión ha regresado como vicepresidente a la empresa familiar. Su padre, José García Carrión, sigue como presidente del grupo mientras que su madre, Rafaela Corujo, ejercerá otra vicepresidencia. Luciano es, además, el único heredero.