Acciona registró un beneficio neto de 222 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que representa una caída del 4,2 por ciento que se explica en parte por la venta de activos y el consecuente cambio de perímetro. Esta situación ha provocado que el resultado bruto de explotación (ebitda) se contraiga el 2,6 por ciento, hasta los 883 millones. No obstante, en términos homogéneos ha crecido el 9,9 por ciento impulsado tanto por el negocio de infraestructuras (8,3 por ciento) como de energía (1,2 por ciento).
El grupo que preside José Manuel Entrecanales aumentó sus ingresos el 1,8 por ciento, hasta los 5.427 millones. Excluidas las desinversiones de Trasmediterranea y las plantas termosolares de España, ejecutadas este año, y de la autopista Ruta 160 de Chile, concretada en el último trimestre de 2017, la cifra de negocio repunta el 8 por ciento. La venta de Testa a Blackstone tendrá efecto ya en el cuarto trimestre.
La mejora de la facturación se soporta por el negocio de energía, que subió el 24,5 por ciento, hasta 1.587 millones, como consecuencia del crecimiento de la producción tras un 2017 atípico, la contribución de nuevos proyectos en operación y, en menor medida, por mayores precios en España, donde la producción aumentó un 5,2 por ciento pese a la venta de la termosolar; el internacional avanzó el 20,1 por ciento. También aportó en positivo la actividad de infraestructuras, con un avance de los ingresos del 1,4 por ciento, hasta 3.606 millones. De este importe, construcción supuso 2.330 millones, un 2,3 por ciento más que sirvió, junto con el buen comportamiento de industrial y servicios, para compensar las caídas en concesiones y agua.
Las actividades de energía e infraestructuras compensaron el retroceso en otras actividades, del 46 por ciento -hasta 288 millones-, derivado de la desconsolidación de Trasmediterranea y de los menores ingresos en el área inmobiliaria tras la rotación de activos del ejercicio pasado.
El impacto del cambio de perímetro en el ebitda se dejó sentir también en el margen del grupo, que bajó entre enero y septiembre hasta el 16,3 por ciento, frente al 17 por ciento que presentaba un año antes.
Las importantes desinversiones han permitido a Acciona reducir sensiblemente su endeudamiento. Así, respecto a diciembre de 2017, la deuda neta se ha recortado en 179 millones, un 3,4 por ciento, de manera que en la actualidad se sitúa en 5.045 millones. Además, la compañía española bajó sus gastos financieros el 9,7 por ciento.
La estrategia de desapalancamiento no ha impedido al grupo continuar con un fuerte ritmo de inversión. Así, hasta septiembre totalizó 926 millones, que se distribuyen en 443 millones de inversión bruta en los que sobresalen los proyectos renovables en México y Australia, 209 millones de desembolsos adicionales relacionados con el capital, 173 millones para el programa temporal de recompra de acciones propias y€101 millones a existencias del negocio de promoción inmobiliaria -compra de suelos-.
Mientras, la cartera de infraestructuras se situó en 18.474 millones, un 1,9 por ciento menos que en septiembre de 2017.