El nuevo equipo directivo de OHL, capitaneado por el consejero delegado José Antonio Fernández Gallar, ha levantado todas las alfombras del grupo para iniciar una nueva etapa en la que ya a partir del próximo trimestre prevé empezar a generar un margen bruto próximo al 6,5 por ciento. Lo hará, si no hay nuevas sorpresas, sobre el punto de partida que marcan los 1.335,8 millones de euros que la compañía perdió en los nueve primeros meses del año. Unos números rojos que se vieron fuertemente impactados por las provisiones que ha ejecutado por un importe de 301,1 millones de euros de obras fallidas.
"En todos aquellos proyectos que arrojan una previsión final de resultado negativo, por aplicación del criterio de grado de avance, se han registrado la totalidad de las pérdidas en este trimestre de forma anticipada, por lo que estas obras no afectarán desde septiembre de 2018 negativamente al margen bruto del grupo", explicó ayer la firma con motivo de la presentación de los resultados de los nueve primeros meses. La empresa ha descubierto 286,1 millones de pérdidas en distintos contratos, entre los que se incluyen impactos adicionales en los denominados proyectos legacy y en otros nuevos. Entre estos sobresale la autopista Río Magdalena, con 85 millones, que la constructora ejecuta para Aleatica, heredera de OHL Concesiones tras la adquisición por parte del fondo australiano IFM. Asimismo, se ha anotado un deterioro de 25 millones por el Hospital de Montreal, que ya en junio le generó unos números rojos de 77 millones. Hace dos años ya realizó un ajuste de más de 400 millones por 19 proyectos legacy.
Descontando los ajustes contables por la venta de OHL Concesiones y otros, el resultado atribuible se situó en -526,2 millones. El resultado bruto de explotación (ebitda) se situó en -467,5 millones, frente a los 1,9 millones del mismo periodo de 2017. Mientras, las ventas alcanzaron los 2.048 millones, un 14 por ciento menos.
Tras las provisiones ejecutadas hasta septiembre, el grupo que preside Juan Villar-Mir considera que ya no habrá más sorpresas y el margen bruto se situará en el 6,5 por ciento e irá avanzando en los trimestres posteriores hacia el objetivo marcado en el plan estratégico 2020 del 8 por ciento.
En paralelo, OHL continuará trabajando en un plan de ajuste de gastos que deberá situarse en el 4 por ciento de las ventas, que en 2020 se elevarán, si cumple los objetivos, a una horquilla de entre 2.500 y 3.000 millones. En la actualidad se sitúa en 160 millones y la pretensión es rebajar esta cifra el próximo año a 120 millones. Con ello, el consumo de caja será lo suficientemente bajo frente a los márgenes para ganar dinero. Según fuentes oficiales de la empresa, esto no se producirá hasta 2020. De este modo, en 2019 aún podría incurrir en números rojos, aunque mucho más moderados que los registrados este año.
Además, el grupo que controla la familia Villar Mir cuenta con la posibilidad de obtener ingresos adicionales por las reclamaciones y negociaciones que tiene en curso con clientes por más de 1.600 millones.
La cartera de negocio a corto plazo alcanza en este momento los 5.151,5 millones. De ella, el 80 por ciento son proyectos que generan un margen superior al 7 por ciento, mientras que el 20 por ciento restante se aproxima al 0 por ciento. No incluye en ella obras por casi 500 millones para las concesiones de Aleatica en Latinoamérica, que tiene que estudiar si serán rentables, ni el contrato para un puente en Nueva York por 200 millones y las obras del Old War Office, en Londres, por más de 300 millones.