
La planta que la multinacional canadiense Bombardier tiene en Trápaga (Bizkaia) ha iniciado un proceso de localización de proveedores en la industria vasca, para que le suministre el 25% de sus compras, unos 25-30 millones de euros. Así, la empresa será tractora de la economía de Euskadi y evitará la deslocalización de sus proyectos a otros centros Bombardier.
La factoría vizcaína de Bombardier diseña, gestiona y suministra sistemas de propulsión y tracción eléctrica para cualquier tipo de aplicación ferroviaria en todos los rangos de potencia, aunque ahora solo fabrica convertidores de tracción y cofres auxiliares. Dentro de la división de propulsión y control, Bombardier tiene tres plantas en Europa -Suecia, Alemania y España (en Trápaga); una en India y otra en Estados Unidos.
Trápaga es considerada una pieza clave en la red de fabricación mundial de Bombardier, al haber alcanzado un alto nivel de excelencia y competitividad, según aseguró su directora general, Nieves Sáez Barrenechea. Por esta razón, el centro vasco ha captado importantes proyectos que antes realizaban otras fábricas del grupo.
Convertidores para el grupo
"Tenemos una línea de producción dedicada a convertidores y todos los convertidores para locomotoras Bombardier en el mundo se fabrican aquí en Trápaga", afirmó Diego García, director de operaciones.
Una segunda línea es para los trenes regionales para Francia, equipos de propulsión de 382 trenes Omneo de doble piso para la Renfe francesa SNCF, que antes se hacían en Suecia; "un proyecto muy importante, con altas exigencias de calidad y de ritmo de entregas, que nos da trabajo para los próximos tres o cuatro años; de hecho, supone el 75-80% de nuestra carga actual". "Un tercer proyecto -continúa el director de operaciones- es con los ferrocarriles austriacos y la propulsión la hacemos desde Trápaga". "Más algún proyecto más pequeño, como la remodelación del metro de Madrid, etc."
En clara fase expansiva y de crecimiento, la cartera de pedidos de Bombardier Trápaga a fin de 2018 "rondará los 415 millones de euros, frente a los 248 millones de 2017, y las ventas serán de 131 millones, frente a los 77 millones del ejercicio anterior", explicó Nieves Sáez Barrenechea.
Cerca del 70% de la carga actual corresponde a proyectos que inicialmente se estaban fabricando en otras plantas de la multinacional, "pero por competitividad, calidad y estrategia se han decidido fabricar aquí en Trápaga", comentó Gerardo Marquínez, director de compras estratégicas y operativas.
Todos estos proyectos iniciados están sustentados en una base de suministradores locales, es decir, "el que se fabricaba en Suecia tenía un gran porcentaje de proveedores locales, y nuestra idea es hacer un ejercicio de localización importante para todos esos trabajos".
Detrás del plan de localización de Bombardier hay un importante factor de arraigamiento al territorio
Según señaló Marquínez, el secreto de la mejora de márgenes está en la reducción de costes de transporte y en tener una mayor flexibilidad y agilidad por proximidad.
Así, desde principios de este año 2018, Bombardier Trápaga ha iniciado un proceso de localización; "hemos conseguido localizar unos primeros componentes en varias áreas como equipos mecánicos, equipos eléctricos, y materiales plásticos y la idea es tener proyectos lanzados próximamente".
Detrás del plan de localización de Bombardier hay un importante factor de arraigamiento al territorio y de sostenibilidad del crecimiento, "no solo es demostrar que somos de fabricar con calidad y a costes, sino que también tenemos a gente capaz de desarrollar subproducto o premontajes de nuestros equipos en las proximidades a un precio competitivo", aseguró el director de compras.
Cuatro proyectos en marcha
Bombardier Trápaga tiene en marcha cuatro proyectos de localización en las áreas industriales de Vitoria, Donostialdea y Balmaseda. En País Vasco, compra actualmente un 7-8% de sus materiales. "El presupuesto del próximo año es de 104 millones para compras y el objetivo con el plan de localización es llegar a un 25% del gasto, unos 25-30 millones de euros. Para mediados de 2019 el reto es alcanzar, por lo menos, el 15%", concretó Gerardo Marquínez.
No obstante, Bombardier Trápaga está encontrando una serie de trabas a su plan. Entre ellas -puntualizó Marquínez-, que la industria auxiliar vasca no tiene un criterio de internacionalización. A su juicio, en el caso de la multinacional va intrínseco, "pero la pequeña y mediana empresa quiere internacionalizarse, sin estar dispuesta a pagar el peaje que supone, que es competir en precio. Para ello debe abaratarlo frente a países como Finlandia y Dinamarca", aclaró.