Abengoa solo requerirá de la aprobación de una mayoría simple en junta de accionistas para sacar adelante la reestructuración financiera que anunció el pasado 30 de septiembre y que contempla la emisión de obligaciones convertibles en acciones de AbenewCo1, la sociedad que ostenta el 100 por cien de los activos de la ingeniería andaluza. Esta condición, que está alineada con la Ley de Sociedades de Capital, resulta imprescindible para el éxito de la operación, toda vez que en las asambleas de los últimos años no se ha conseguido el quórum necesario para poder votar las distintas propuestas.
Así ocurrió, por ejemplo, con la junta extraordinaria del pasado 2 de octubre, en la que se sometía a la votación de los accionistas el desdoblamiento de acciones (split) propuesto por Inversión Corporativa, el vehículo societario del expresidente de Abengoa Felipe Benjumea y otras familias andaluzas, para contrarestar la reducción del precio mínimo de cotización aprobado por Bolsas y Mercados Españoles (BME).
La reestructuración anunciada por Abengoa necesita primero el visto bueno de los acreedores. La fecha establecida es el 30 de noviembre, de manera que el acuerdo definitivo se cerraría antes de que finalice el presente ejercicio. El proceso, que cuenta con la aprobación de sus principales acreedores, Santander, Bankia y Crédit Agricole, busca blindar la viabilidad futura de la compañía.
El acuerdo contempla que la deuda financiera será deuda obligatoriamente convertible dentro de diez años, de manera que los bonistas que ostentan la deuda sénior (1.600 millones de euros) y la junior (1.200 millones) podrán tomar hasta el 78 por ciento del capital de AbenewCo1 dentro de cinco años -y será de carácter obligatorio dentro de diez-. Los acreedores recibirán ya en un inicio el 22 por ciento de la sociedad.