
El Gobierno español ha descartado autorizar los permisos necesarsios para que la empresa australiana Berkeley pueda abrir su mina de Uranio en Salamanca.
El proyecto logró en 2013 las autorizaciones preliminares, pero desde entonces se enfrenta a la oposición de diferentes grupos locales y a trabas administrativas.
La empresa aseguró el martes por la mañana en una conferencia con inversores que seguía "optimista" con poder conseguir todos los permisos necesarios para que comience a operar.
El proyecto depende de una licencia urbanística de construcción local y de otra de la autoridad nuclear para construir la planta de tratamiento radioactivo. Esta autoridad depende a su vez del Ministerio de Transición Ecológica.
"El Ejecutivo esperará a que se resuelvan los procesos en marcha pero se opondrá en cualquier caso a la apertura"
"El Ejecutivo esperará a que se resuelvan los procesos en marcha pero se opondrá en cualquier caso a la apertura", aseguró una fuente gubernamental.
Otra fuerte también implicada en el proceso cree que Berkeley está muy lejos de la realidad cuando dice que podrá comenzar pronto la construcción y la actividad de la mina.
"La autorización para construir la mina solo es posible cuando el Consejo de Seguridad Nuclear haya finalizado su informe, que está aún lejos de concluir", asegura la fuente. "En total, el proceso se alargaría al menos hasta 2021".
Berkeley cotiza al mismo tiempo en las bolsas de Reino Unido, España y Australia y no tiene otros proyectos salvo esta mina en la región de Salamanca.
Según los planes publicados, la empresa pensaba invertir 250 millones de euros y daría empleo a más de 2.500 personas de forma directa o indirecta.
Además, en un informe presentado a inversores australianos, Berkeley aseguró que la mina podría generar importantes flujos de tesorería gracias a la recuperación de la demanda global del uranio, especialmente, la impulsada desde China.