
Transcurridos dos meses desde el derrumbe parcial del puente Morandi en una autopista de Génova (Italia), que se saldó con 43 muertos, la sociedad ha empezado a concienciarse de la importancia del mantenimiento de las infraestructuras de transporte, por las terribles consecuencias personales y el importante impacto que un suceso así tiene en la economía de un país y de una región en concreto al paralizar o dificultar la movilidad de las personas y las mercancías.
Debido a las elevadas inversiones en construcción de los últimos veinte años, España cuenta actualmente con un patrimonio de infraestructuras de transporte al nivel de los países europeos más desarrollados.
"Un patrimonio heredado que es necesario mantener, sobre todo teniendo en cuenta que el mantenimiento supone un ahorro de al menos el 50 por ciento frente a la reconstrucción, alargando la vida útil de la infraestructura en cuestión al menos dos décadas", explica Jorge Ley, director general del Instituto Técnico de Materiales y Construcciones (Intemac), organización que cuenta con más de 50 años de experiencia en el control de calidad y en la asistencia técnica de edificaciones.
Desde el año 2001 existe un Sistema tecnológico de Gestión de la Dirección General de Carreteras (DGC) donde están inventariados más de 18.000 puentes de la red de carreteras y que, gracias a una serie de algoritmos, permite determinar su estado de conservación, su nivel de seguridad o estimar los costes de rehabilitación, para priorizar así las actuaciones más urgentes, teniendo en cuenta parámetros como el tipo de daño observado, su extensión y alcance, la importancia del puente y la intensidad de tráfico que sufre.
Esta supervisión más tecnológica se complementa con una más técnica y de proximidad, pues también son habituales inspecciones básicas realizadas por empresas de conservación, combinadas con otras más especializadas encargadas a organismos autorizados que permiten detectar cualquier situación de riesgo y plantear incluso obras de emergencia en aquellas estructuras que se encuentran dañadas. En 2017, se realizaron 43.055 inspecciones en este ámbito, según los datos del Ministerio de Fomento.
En la actualidad se invierte el 0,5% del valor de las infraestructuras, frente al 2% óptimo
Por tanto, "no cabe duda de que la seguridad de los puentes en España es estricta, pues se apoya también en una normativa que ha ido evolucionando y que obliga a revisar las infraestructuras periódicamente", subraya Ley. Las inspecciones básicas se hacen como mucho cada 6 meses, a las que se suman inspecciones principales cada 5 años e inspecciones especiales cuando se detecta algún daño. El director general de Carreteras, Javier Herrero, aseguró la semana pasada en una jornada del Colegio de Ingenieros de Caminos sobre el accidente del Puente Morandi de Génova su intención de acortar este periodo a tres años.
En 2018 se han producido al menos 10 siniestros graves en puentes en países desarrollados como la pasarela de la Florida International University en Estados Unidos; y también en países en vías de desarrollo, como el del Viaducto de Chirajara en Colombia o el puente de Zhejiang en China, que han provocado la muerte de al menos 75 personas.
Hoy, en la jornada Conservación y mantenimiento de puentes en España, también organizada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Intemac y otros expertos profundizarán sobre el estado de las infraestructuras españolas. El Instituto Técnico presentará las conclusiones de su informe Los accidentes de los puentes; errores de ayer y de hoy, lecciones para el mañana que discurren por la importancia de adoptar medidas preventivas para minimizar los riesgos de este tipo de accidentes y evitar sobrecostes innecesarios. A juicio de Ley, en España, los resultados de las investigaciones para esclarecer las causas de un accidente de este tipo "deberían hacerse públicos para no perder una valiosa información que podría servir para impedir que se repitan los errores que han sido detectados".
Fomento quiere reducir de cinco a tres años el plazo para las revisiones exhaustivas
Unos errores que atienden a razones diversas, según se refleja en el estudio de Intemac que analiza siniestros de los últimos 200 años. Así, mientras los primeros accidentes graves estuvieron relacionados con supuestos constructivos que hasta entonces la normativa no tenía en cuenta y por la ausencia de avances técnicos y tecnológicos que hubieran permitido solventar o evitar la aparición del problema, otros han sido causados por errores en los procesos constructivos, por fallos en su mantenimiento e inspección, por consecuencias externas como la socavación de la cimentación, las riadas y otras catástrofes naturales como terremotos o huracanes o simplemente por la sobrecarga o la degradación asociada al paso del tiempo.
Para evitar este tipo de accidentes, Intemac afirma que "es importante una supervisión externa e independiente de los proyectos que minimice la aparición de estos siniestros causados por diseños o cálculos erróneos". Asimismo, incide en la necesidad de una supervisión detallada de la construcción para disminuir los accidentes durante la ejecución de nuevos puentes, así como en la importancia de invertir en ingeniería, dando prioridad en las licitaciones a los criterios técnicos frente al precio. Sobre este punto, lo óptimo sería que la inversión fuera del orden del 2 por ciento del valor de la red de puentes, frente a apenas el 0,5 por ciento actual. El Presupuesto destina este año 850 millones a conservación de carreteras, 450 millones menos de lo que demanda el sector.
No obstante, en España se estima que únicamente el 1 por ciento de los puentes de la red estatal necesitan una inspección especial y/o un proyecto de reparación y/o refuerzo. Refleja, por tanto, el buen estado de los puentes españoles, máxime si se compara con el de otros países desarrollados. En Estados Unidos hay más de 600.000 puentes, de los que el 30 por ciento han sido considerados en una situación deficiente y que necesitan ser reparados. Mientras, en Francia uno de cada tres puentes necesita ser renovado -el 7 por ciento con daños graves-, de acuerdo con el Ministerio de Transporte galo, y en Alemania al menos el 12 por ciento se encuentra en "malas condiciones", según un informe del Instituto Federal de Investigación de Carreteras alemán.