
El precio del agua urbana en España ha crecido un 70,99%desde los 1,31 euros por metro cúbico que costaba en 2009 hasta los 2,24 euros que cuesta en la actualidad. Diferenciando por tipo de consumidor, un hogar paga de media 1,84 euros por metro cúbico -dedica a cubrir sus necesidades el 0,89% del presupuesto familiar-, mientras que para otros usos la tarifa es más elevada, de 2,48 euros por metro cúbico.
Estas cantidades nos sitúan en el furgón de cola de la UE, muy lejos de los 8 euros por metro cúbico de Dinamarca, según los datos de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (Aeas).
"Las tarifas han subido en España ligeramente por encima del IPC, pero porque se ha reducido el volumen de agua suministrada, gracias a la eficiencia; los costes siguen siendo sustancialmente los mismos" explicó ayer Fernando Morcillo, presidente de Aeas, durante la presentación de su XV Estudio Nacional de suministro de agua potable y saneamiento, de carácter bienal.
Morcillo subrayó la diferencia entre los precios del agua urbana y otros bienes -"por un refresco pagamos dos días y medio de consumo en una vivienda de tres miembros"- o incluso con el agua misma: "Con 1,84 euros disponemos del mismo volumen de agua que 1.000 botellas de litro compradas en un supermercado a un coste de 390 euros, y nosotros, además, la depuramos y la devolvemos a los ríos".
También resaltó la falta de inversión en las infraestructuras del agua: "La tarifa actual solo cubre, y no siempre, los gastos operativos del servicio", lo que se evidencia con las sanciones europeas por la mala depuración -van 12 millones que crecen a razón de 11 millones semestrales hasta cumplir la normativa comunitaria- y el envejecimiento de las redes: el 39% de las de abastecimiento y el 58% de las de alcantarillado tienen más de 30 años, con unos porcentajes de renovación del 0,6% y el 0,3%, respectivamente.
El informe trata la aproximación sectorial a la economía circular, con un análisis de consumo y producción energética -de 0,98 kWh por metro cúbico y 456 GWh al año, respectivamente- o la emisión de CO2, de 30 kilos por habitante y año.