Empresas y finanzas

La banca española deja de tener la red de oficinas más grande de Europa

  • Chipre adelanta a nuestro país en sucursales por habitante
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La banca española ha dejado de reinar en Europa en cuanto al número de oficinas por habitante, algo de lo hacía gala cada vez que podía. El ajuste del 40% de la red ha reducido sustancialmente el volumen de sucursales por habitante, hasta el punto que Chipre ya tiene un ratio mayor al del sector en nuestro país y Francia está a punto de sobrepasarlo.

En concreto, según los últimos datos disponibles, las entidades españolas cuentan con menos 6 centros de atención al público por cada 10.000 habitantes (0,59 por cada 1.000 personas). Este porcentaje alcanza casi el 1 antes de que se iniciara la crisis financiera. En Chipre la capilaridad de su red bancaria alcanza las 6,4 sucursales, mientras que en Francia el ratio es del 5,6.

Pese al descenso, España sigue siendo uno de los países del Viejo Continente con la mayor proximidad física bancaria, ya que la media europea se sitúa en 4,4. En Alemania, donde existe también un modelo de cajas de ahorros regionales arraigado, la cifra desciende al 3,9.

La cifra es muy probable que se recorte en España, ya que las entidades aumentaran el cierre de oficinas en los próximos años para reducir costes, ganar rentabilidad y adaptarse a los cambios tecnológicos. La banca digital en nuestro país tiene un amplio potencial, ya que apenas el 8% de la población realiza operaciones de manera recurrente y el 2% contrata un préstamo.

En los últimos años la clausura de sucursales alcanza las 18.400, es decir el 40,2% menos que en 2008, cuando había el mayor número. A cierre de 2017 el números de centros de atención se limitaba a 27.623, casi 20.000 menos que en la época del esplendor.

Municipios sin servicio

El proceso de fusiones y la imperante necesidad del sector por conseguir ahorros de gastos ha provocado este proceso de cierre de oficinas, que ha llevado a muchos municipios a contar sin servicios.

Algunos expertos y los sindicatos alertan de los riesgos de exclusión financiera como consecuencia de los ajustes. Sin embargo, desde las entidades y desde el Banco de España se niega tal amenaza, ya que todos los grupos que operan cuentan con los canales digitales para que los consumidores lleven a cabo sus operaciones. Además, defienden que han implantado medios, como los ofibuses, para asistir a las localidades con menor población y que no cuentan con sucursales.

El organismo supervisor hacía un análisis sobre la situación del mercado en su última revista de Estabilidad Financiera. En este documento concluía que el ajuste de oficinas no ha afectado de forma lineal a la población española, ya que ha sido más acusado en municipios de más de 10.000 habitantes, donde la concentración de sucursales y cajeros era inicialmente mayor. En concreto, estos municipios cuentan con 15.043 oficinas menos en el período analizado.

Pero destacaba también que unos 2.000 municipios con menos de 1.000 personas ya no contaban con una oficina. Sobre esta recorte, indica que en gran medida se debía a la necesidad de las entidades de adaptar su red a la pérdida de habitantes que estas poblaciones vienen sufriendo por el proceso de descenso demográfico en la España rural.

Ajuste por regiones

Explica también que la variación del número de oficinas, en términos absolutos, "no ha afectado por igual a todas las comunidades autónomas ni a todos los municipios. El análisis muestra que Andalucía sigue siendo la región con el mayor volumen, el 16% del total, a pesar de haberse reducido la red en un 36%. Sostiene que los recortes han sido más acusados en las comunidades donde había más concentración en 2008, es decir, Cataluña, Madrid, con porcentajes que llegan incluso al 50%.

El cierre de sucursales en nuestro país ha sido el más intenso de todo el Viejo Contienente. En Alemania, el volumen de oficinas clausuradas durante la crisis apenas llega a la mitad que en el mercado español, con unas 9.000. En Italia la cifra se limita a unas 6.000.

El ajuste en centros de atención al público ha llevado aparejado también el descenso de la plantilla a través de prejubilaciones y bajas incentivadas. Los despidos han supuesto la desaparición de un 30% de los empleos en el sector. Más de 81.600 trabajadores han tenido que dejar sus puestos como consecuencia del proceso de reestructuración, que ha sido especialmente intenso por las consecuencias de la crisis económica y por el rescate financiero que se vio obligado a reclamar el Gobierno para sanear los balances de algunas entidades.

Gracias a los recortes de estructura, la banca española sigue siendo una de las más eficientes de toda Europa. Aún así, el ratio de gastos sobre ingresos sigue siendo algo inferior a lo que reclaman los reguladores. Se sitúa en el 52% frente a un umbral inferior al 50% que piden los supervisores. De esta manera, los bancos tienen que destinar 52 euros para facturar 100 euros. Hay que destacar que en Alemania esta cantidad de costes se eleva a 80 euros.

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