
Evo se ha anotado en sus últimas cuentas unos beneficios de 95,86 millones por la venta de tres carteras hipotecarias. La entidad, que se encuentra en un proceso de venta -aunque éste se ha visto aplazado por la falta de ofertas atractivas-, consiguió con estas plusvalías esquivar las pérdidas en 2017. Aún así no sirvieron para que registrara una caída de sus resultados de un 1%, hasta 23,8 millones de euros.
La cartera hipotecaria enajenada tenía una valor nominal de 721 millones y fue adquirida por el banco hace unos años a Citi y a General Electric. Ahora, ha sido comprada por el fondo Elliott.
Evo y su dueño Apollo han preferido mantener su estrategia de centrarse en préstamos al consumo y tarjetas, además de intentar sacar una mayor rentabilidad en una desinversión separada de este lote que junto al resto de activos.
La venta, que se acordó a finales del ejercicio pasado y que se ha cerrado en la primavera del presente año, se estructuró en tres partes. Por un lado se ha desprendido de la financiación mantenida en la filial Otagaz, con la que ha cosechado 71,66 millones; por otro, de Idea Gestion Hipotecaria, con la que ha logrado unas ganancias de 19,34 millones; y por último, de Global Talesa, con la que ha obtenido plusvalías de 4,85 millones.
Proceso de venta
Apollo tiene valorado Evo en 244,7 millones de euros, una cantidad que se aleja del precio que han otorgado las entidades que participaron en el proceso de compra venta a principios de 2018 e inferior al importe que reclamaba el fondo para continuar con la operación que distintas fuentes elevan a más de 300 millones. La diferencia de tasación ha obligado a la compañía norteamericana a retrasar hasta 2019 la desinversión de su buque insignia en España.
El fondo compró Evo a NovaCaixaGalicia (NCG) por 60 millones de euros. El fondo dio un anticipo a NCG (ahora Abanca) del 10 por ciento de la operación en septiembre de 2013, para cerrar finalmente la operación cinco meses más tarde, en febrero de 2014. Desde entonces, Apollo ha tenido que ir inyectando capital en el banco. En 2017, aportó 11,3 millones para reforzar su solvencia y cumplir así las exigencias regulatorias
La intención de Apollo, como la de cualquier fondo con sus inversiones, es vender Evo para sacar el mayor rendimiento posible. Se había dado cinco años para poder ejecutar una enajenación de las acciones.
En el proceso anulado llegó a mantener conversaciones en exclusiva con una de las entidades que más interés habían mostrado por el banco, el francés Credit Mutuel dueño de Targobank. Finalmente las negociaciones no cuajaron.
En el mercado no se descarta que Apollo vaya a vender por partes los activos de Evo. De hecho ya se ha desprendido de una de ellas con la transacción de la cartera hipotecaria. Además Bankinter -otro de los grupos que participó en la puja fallida- ha confirmado este verano a la CNMV que estaba analizando la adquisición de una parte de la actividad de Evo.
El banco estructura su negocio en dos patas. Además de la banca minorista, tiene gran peso Evo Finance, la filial de crédito al consumo. El grupo reforzó su posición en este segmento en 2014 con la compra de Fracciona y AvantCard España e Irlanda, las tres filiales especializadas en financiación al consumo, con las que tiene más de la mitad de sus clientes. Tiene 557.559 clientes en préstamos al consumo y 477.321 en el resto de actividades.