
Ryanair arremete contra los trabajadores españoles que fueron a la huelga los pasados 25 y 26 de julio. La compañía de bajo coste ha empezado a enviar cartas a los tripulantes de cabina (TCP) par advertirles de las consecuencia de su decisión de secundar los paros y no acudir a las bases a cumplir con los turnos de guardia asignados. Según la misiva a la que ha tenido acceso este diario y que está fechada a 15 de agosto de 2018, Ryanair acusa a los TCP de "saltarse los servicios mínimos" fijados por el Ministerio de Fomento y les ha amenazado con "acciones disciplinarias", que incluyen los despidos, si vuelven a incumplir "sus obligaciones" en una futura huelga. Así, parece que la compañía da por hecho que el conflicto laboral no ha terminado y ya se espera las nuevas movilizaciones que los TCP y los pilotos están preparando para septiembre.
A su vez, en las cartas enviadas a través de la propia compañía y de las agencias que usa para contratar (Crewlink y Workforce), Ryanair recuerda a los tripulantes que han perdido el derecho de cobrar el bonus de productividad de 150 euros del mes de julio por "no haber acudido a trabajar". La compañía de bajo coste anunció en enero el pago de un bonus anual de productividad de 1.800 euros para tratar de poner freno a la fuga de tripulantes y evitar las huelgas.
Pese a las acusaciones, lo cierto es que los servicios mínimos en España se cumplieron al cien por cien y las únicas cancelaciones que hubo ese día (unas 24) se debieron a que eran vuelos operados por las tripulaciones italianas, que también estaban de huelga. Y es que, nada más convocarse la huelga Ryanair canceló 400 vuelos en España y blindó con los servicios mínimos el resto de las operaciones realizadas por las tripulaciones de las bases españolas. Ryanair realiza la mitad de su operativa diaria en España con las plantillas españolas y el resto con las de otros países que no estaban en huelga, por lo que esa mitad de los vuelos con Alemania, Inglaterra o Irlanda estaban asegurados.
Los pasados 23 y 24 de julio, poco después de publicarse la lista de los vuelos protegidos por los servicios mínimos, la firma de bajo coste envió correos a los tripulantes que no tenían vuelos asignados porque habían sido cancelados para informarles de que se les había asignado un turno de imaginaria por lo que estaban obligados a estar en el aeropuerto disponibles para volar en el caso de que faltara tripulación para operar los vuelos. En los comunicados se amenazaba con despidos en el caso de faltar.
Los sindicatos denunciaron que Ryanair y las agencias estaban obligando a casi toda la tripulación sin vuelos asignados a estar de guardia y que las salas de espera de algunas bases tenían el cuádruple de personal de guardia de lo normal. Así, enviaron una serie de comunicados para avisar a los trabajadores que tenían derecho a secundar la huelga si no habían recibido una carta de "servicios mínimos" y que no estaban obligados a tampoco a informar si iban a secundar o no los paros.
Demanda en Alemania por negarse a pagar cancelaciones
El portal alemán de derechos de los pasajeros Flightright ha presentado una demanda contra Ryanair ante el tribunal regional de Fráncfort por negarse a pagar compensaciones a sus pasajeros por las cancelaciones de la huelga de pilotos del pasado 6 de agosto que afectaron a 250 vuelos. De acuerdo con el Reglamento de los Derechos de los Pasajeros de la UE, las cancelaciones de vuelos o los retrasos de más de tres horas generalmente están sujetas a una compensación de hasta 600 euros, según la distancia del vuelo. Sin embargo, la aerolínea irlandesa ha afirmado que no pagará compensaciones más allá de la devolución del billete, y alega que son "circunstancias extaordinarias".