
Tras la entrada en el capital de CAF en diciembre del pasado año al comprar la participación del 1,24% que Kutxabank tenía en la compañía guipuzcoana por 15 millones de euros, el Gobierno vasco anunció ayer que repetirá este tipo de operaciones en el futuro. Algunas de las empresas de su interés podrían cotizar en bolsa, aunque no necesariamente deberán estar en esta órbita.
El objetivo último del Ejecutivo de Vitoria será aumentar su capacidad de influencia en las grandes empresas tractoras de la comunidad autónoma, para garantizar así el arraigo de sus centros de decisión y de producción, además de asegurar el desarrollo de actividad económica en Euskadi.
Para vehiculizar este espaldarazo a la industria, el lehendakari Íñigo Urkullu, la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, y el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu presentaron la nueva ordenación de la política financiera del Gobierno vasco, enfocada a racionalizar los instrumentos financieros y a favorecer el desarrollo de proyectos industriales estratégicos.
"Participar con vocación de permanencia en grandes empresas, para influir en su desenvolvimiento y favorecer su arraigo"
Precisamente, una de las propuestas más destacables de esta reordenación está en los instrumentos ligados al capital, con la creación de una nueva entidad de capital riesgo, que invertirá en grupos empresariales vascos con necesidad de expansión y transformación mediante innovación e internacionalización.
Este producto de colaboración público-privada contará con 125 millones de euros en el ejercicio 2018 y será ampliable hasta 250 millones de euros.
Junto al Gobierno vasco y diputaciones forales, participarán Kutxabank, Bankoa, MCC, Lagun Aro e Itzarri. El resto del núcleo de lanzamiento formado por Banco Sabadell, Banco Santander, BBVA, Caja Rural de Navarra, CaixaBank, Elkarkidetza y Geroa deben someter la decisión a sus respectivos órganos de gobierno, tras mostrar su voluntad de comenzar a trabajar para definir y poner en marcha la herramienta en 2019.
Las aportaciones que realizarán estas entidades se situarán entre 2 y 10 millones de euros, y las inversiones del fondo irán dirigidas a empresas con facturaciones de 50 a 250 millones de euros y ebitda de 10 millones o mayor. La inversión máxima será del 10% en un grupo, que podrá ser tanto en capital como en deuda convertible o préstamos participativos.
Otra de las modificaciones de la política financiera del Ejecutivo que lidera Íñigo Urkullu hace referencia a la Sociedad de Capital Desarrollo (Socade), a través de la que se instrumentalizó la entrada en la firma CAF.
Esta sociedad se va a configurar como un instrumento público cuyo objetivo será "participar con vocación de permanencia en grandes empresas, para influir en su desenvolvimiento y favorecer su arraigo", señaló el lehendakari vasco.
El Gobierno comprometerá una aportación de 100 millones de euros durante esta legislatura, en la que se incluye la primera operación realizada con la citada compra del 1,24% del fabricante ferroviario vasco.
Entre las novedades de la reordenación financiera vasca también se recoge la creación de un Foro de Financiación y Participaciones Empresariales, que servirá de marco de coordinación y debate sobre financiación y para la búsqueda de sinergias con otros inversores en las participaciones en empresas.
Por su parte, la coordinación de la política financiera y crédito público entre el Gobierno vasco y las tres diputaciones forales se seguirá realizando a través del Consejo Vasco de Promoción Económica.