La familia Álvarez quiere evitar a toda costa que la batalla vivida en los últimos años en el grupo Eulen se repita de nuevo en Vega Sicilia, otra de las empresas de su propiedad. Si en el gigante de la seguridad y la limpieza, María José Álvarez ha cerrado el consejo de administración a sus hermanos, quedando como presidenta y administradora única en una guerra fratricida por el control de la compañía y la herencia de su padre, David Álvarez, en la bodega de Ribera del Duero parece que la situación puede ser distinta.
Sus hermanos Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo Álvarez están ultimando el diseño de un protocolo de sucesión familiar, que implicaría delimitar la forma en la que la familia puede trabajar en el grupo o participar en el consejo de administración de El Enebro, la sociedad matriz, profesionalizando igualmente la gestión. En este sentido, la sociedad patrimonial, que además de ser propietaria de las bodegas Tempos Vega Sicilia es también propietaria de la cárnica Valles del Esla, llevó a cabo ya la semana pasada una remodelación de su cúpula directiva.
La firma ha nombrado así a una nueva directora general, Marta Guirao, licenciada en Derecho y Máster en Asesoría Fiscal de Empresas en el IE, que ha trabajado también en Eulen. Todo ello además de fichar también a dos consejeros externos a la familia, Javier Ormazábal e Íñigo Susaeta, ambos con una amplia experiencia en la gestión de patrimonios y family office.
Tras estos nombramientos, El Enebro aseguró en un comunicado que el objetivo es "reforzar su estrategia de crecimiento y explorar nuevas inversiones en el sector del lujo, basada en criterios de profesionalización, experiencia, responsabilidad, transparencia y Buen Gobierno", algo que según han apuntado en numerosas ocasiones los hermanos Álvarez no ocurre en Eulen, donde ni siquiera hay un consejo de administración y María José Álvarez goza de un poder absoluto.
Enfrentamiento
Actualmente, el principal problema en El Enebro es, precisamente, el enfrentamiento abierto entre María José Álvarez, que tiene un 16% del capital de la firma patrimonial, y el resto de sus hermanos. De hecho, tras la última junta de accionistas de la sociedad, celebrada el pasado 22 de junio, la presidenta del grupo Eulen denunció un artificio contable en la matriz de Vega Sicilia para reducir el pago de dividendos.
Tal y como viene denunciando de hecho en los últimoa años, María José Álvarez volvió a insistir en que las cuentas presentadas por El Enebro no reflejan la verdadera realidad jurídica y económica de la firma, algo que sus hermanos, lógicamente, han negado de forma tajante.
El problema se remonta a 2013, cuando Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo Álvarez vendieron sus propias acciones de Eulen a El Enebro por un precio de 100 millones de euros. María José Álvarez acusó entonces a sus hermanos de haber trasvasado a la patrimonial desde su filial Vega Sicilia casi 25 millones en dividendos, con cargo a reservas, para autofinanciarse parte del precio de las acciones de Eulen.
Dividendos
A todo ello se suma, además, que el año pasado los accionistas mayoritarios cobraron 16 millones de euros a través de un crédito de Bodegas Vega Sicilia a El Enebro, evitando, de esta forma, que esa cantidad constituyese, según María José Álvarez, parte del beneficio de El Enebro. La presidenta de Eulen denuncia de este modo un artificio contable en la matriz de Vega Sicilia con el objetivo de recortar su beneficio de 16 millones de euros a 1,54 millones de euros.
Los hermanos Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo llevan por su parte reclamando desde hace tiempo en Eulen la creación de un consejo de administración y una gestión profesionalizada, lo que significaría apartar a María José Álvarez como primera ejecutiva y nombrar a un consejero delegado con plenos poderes, algo que no sucede ahora. En Eulen, la sociedad patrimonial Daval Control tiene el 57,57% del capital, mientras que El Enebro conserva el 39,24%.
Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo Álvarez, que llegaron a plantear incluso quedar fuera del nuevo consejo para facilitar su creación, interpusieron el año pasado una demanda contra el albacea partidor de la herencia de su padre, Carlos Rodríguez Quiroga, por considerar que podía incurrir en falta de parcialidad y conflicto de intereses al ser el socio director del despacho de abogados que asesora al grupo y a su propia hermana María José. Los hermanos reclamaron que Rodríguez Quiroga se abstuviera de llevar a cabo el reparto, pero éste se produjo finalmente hace un año, quedando la presidenta ratificada como heredera universal.