
La Comisión Europea ha dado forma ya a la normativa con la que pretende determinar si una actividad económica es ambientalmente sostenible para impulsar al sector financiero a dedicar más recursos a la lucha contra el cambio climático. Para lograrlo, Bruselas lanzará un sistema de clasificación unificado y con criterios armonizados que espera ir probando poco a poco antes de su puesta en marcha definitiva.
Bruselas identificará las actividades que califican como sostenibles, utilizando las prácticas de mercado existentes, así como el asesoramiento de un grupo de expertos que está en proceso de establecer. Asimismo, se creará una plataforma con diez personas que servirá para asesorar a la Comisión en el desarrollo de esta norma.
"Esto debería proporcionar a los actores e inversores económicos claridad sobre qué actividades se consideran sostenibles para que tomen decisiones más informadas", dijo ayer la Comisión.
La intención de la Comisión es desarrollar una normativa de etiquetado de productos financieros una vez que la clasificación ya esté rodada. No obstante, la Comisión está dispuesta a permitir que cada país lance su propia etiqueta y que en un futuro puedan coexistir.
La propuesta pretende introducir reglas para crear una nueva categoría de puntos de referencia compuestos por versiones bajas en carbono de índices estándar y puntos de referencia de impacto de carbono positivo. "Este nuevo estándar de mercado debería reflejar la huella de carbono de las empresas y brindar a los inversores una mayor información sobre la huella de carbono de la cartera de inversión".
La propuesta final se relaciona con una consulta de la comisión que evalúa la mejor manera de incluir las consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en el asesoramiento dado a los clientes por los administradores de capital y los distribuidores de seguros. La Comisión quiere que la evaluación de la idoneidad de la estrategia para un cliente también tenga en cuenta las preferencias de sostenibilidad de un inversor.
Revisión de las medidas
El Parlamento Europeo y el Consejo Europeo revisarán ahora estas propuestas, y se prevé que la legislación se adopte a fines del próximo año. La propuesta de taxonomía no se resolverá hasta 2022, y las reglas de asesoramiento de inversión irán primero a una consulta pública.
"Deberíamos invertir nuestro dinero en proyectos que sean compatibles con nuestros objetivos de descarbonización y la lucha contra el cambio climático", dijo Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea responsable de la estabilidad financiera, los servicios financieros y la iniciativa Unión de Mercados de Capital.
"Esto es importante para el medio ambiente y la economía, pero también para la estabilidad financiera. Entre 2007 y 2016, las pérdidas económicas por desastres climáticos extremos aumentaron en un 86 por ciento. Las propuestas presentadas muestran que la Unión Europea está comprometida a garantizar que nuestras inversiones vayan en la dirección correcta. Se trata de aprovechar el vasto poder de los mercados de capital en la lucha contra el cambio climático".
Jyrki Katainen, vicepresidente responsable de empleo, crecimiento, inversión y competitividad, dijo que alcanzar los objetivos climáticos de la UE para 2030 requiere alrededor de 180.000 millones por año de inversiones adicionales en eficiencia energética y energías renovables. "Movilizar capital privado para financiar inversiones sostenibles es esencial", dijo.