La administración concursal ha puesto un interrogante sobre las provisiones que realizó Martinsa-Fadesa hasta septiembre de este año. La inmobiliaria ha guardado en una hucha 15,7 millones de euros para hacer frente a la caída del valor de sus terrenos y promociones en marcha o acabadas (denominadas existencias). Debido a la crisis del sector, las propiedades ahora valen menos en el mercado, por lo que Martinsa-Fadesa no es la única que ha tenido que echar dinero a esa hucha.
La duda que dejan en el aire los administradores de la inmobiliaria es si esos casi 16 millones de euros son suficientes para compensar la caída del valor de esos suelos y promociones.
Según el informe de los gestores nombrados por el juez del registro mercantil de La Coruña, Martinsa Fadesa provisionó 14,2 millones de euros el 31 de diciembre de 2007 por la depreciación del valor de las existencias, que alcanzaron los 5.865 millones. A lo largo de los nueve primeros meses de 2008, la compañía elevó esa provisión hasta 15,7 millones de euros, por lo que echó a la hucha 1,4 millones durante ese periodo, que además coincide con el agravamiento de la crisis.
Sin dar detalles
La administración concursal de la inmobiliaria señala en su informe que la promotora no le ha suministrado "un detalle" de esa provisión, ni le ha "justificado las causas de las mismas", por lo que los administradores "no han podido validar la razonabilidad de la provisión". Es decir, los gestores, como no tienen la suficiente información, no pueden decir si esa hucha compensará o no la caída del valor de los terrenos de la promotora de Fernando Martín.
Martinsa-Fadesa no es la única inmobiliaria española que se ha visto obligada a echar algunos de sus ahorros en esa hucha. La mayoría de las compañías cotizadas incrementaron esas provisiones en el primer semestre del año por la depreciación de terrenos y promociones.
Cuando el valor de un solar o una vivienda es inferior a su valor contable, la diferencia entre las dos cantidades es el dinero que la compañía deberá destinar a esa hucha para hacer frente a las minusvalías que registraría en sus cuentas si vendiera en ese mismo momento el piso o el terreno. En cambio, en el caso de que el valor de una propiedad sea superior al valor de libros, esa diferencia se apuntará de forma positiva en las cuentas de la sociedad.
El colchón inmobiliario
Provisiones por la depreciación de suelos y promociones.
Fuente: CNVM / elEconomista