Aciturri pone el foco en la fabricación de componentes de motor para aviones con una nueva planta en Miranda de Ebro en la que está previsto una inversión hasta 2020 de 21 millones de euros y la creación de 150 empleos.
La compañía burgalesa, consolidada ya como uno de los tres proveedores españoles de primer nivel de estructuras para compañías como Airbus, Boeing o la brasileña Embraer, se abre hueco ahora en el segmento de motores. De hecho, sus planes son que la facturación de esta línea de actividad, ahora con un peso del 8%, crezca en 2020 hasta el 18%, año en el que la hoja de ruta prevista por esta empresa cien por cien familiar prevé una cifra de negocio de 400 millones de euros.
Casi 1.500 empleados
El pasado año, Aciturri cerró con un incremento del 11,8% en facturación, hasta alcanzar los 303 millones de euros. Con una plantilla de 1.445 profesionales, el grupo presidido por Ginés Clemente sitúa sus objetivos económicos para 2018 en alcanzar los 323 millones de euros.
Actualmente, Aciturri trabaja en dos divisiones de negocio. La primera de ellas, Aciturri Aerostructures, se dedica al diseño, fabricación y montaje de aerostructuras (conjuntos de ala o fuselaje) para los principales fabricantes del sector.
En esta línea de actividad, Aciturri ha experimentado un proceso de intenso crecimiento en los últimos diez años, dando prioridad a las inversiones para ampliar su cartera de proyectos e incorporar nuevos clientes. La compañía, que nació en 1977 como un pequeño taller, dio el salto a la actividad aeronáutica en 1984. Desde entonces no ha parado de crecer y posee fábricas en Burgos, Valladolid, Madrid, Álava, Sevilla y Portugal.
La nueva división, Aciturri Aeroengines, se dedica a estructuras primarias para motores (carcasas, anillos) y cuenta ya con clientes como Safran Aircraft Engines, Rolls Royce, General Electric e ITP Aero. Dispone ya de contratos de fabricación de componentes para los motores Trent 1000, LEAP, o Trent XWB.
Además de las nuevas instalaciones de Miranda de Ebro, la compañía ha ampliado y reorganizado sus centros de trabajo situados también en esta localidad burgalesa y los de Berantevilla, en Álava para incrementar esta nueva línea de negocio.
El desarrollo del Plan Tecnológico en 2017 supuso para la firma una inversión de siete millones de euros en I+D. De la misma forma destinó al desarrollo de nuevos productos, procesos y tecnologías de fabricación un gasto de 17,4 millones de euros.