Empresas y finanzas

Meliá apuesta por la gestión de los hoteles de los fondos para crecer

  • Escarrer cree que el alquiler turístico debe tratarse como un asunto de Estado

Las cifras históricas en número de visitantes y los buenos resultados operativos de los hoteles en España, han llevado a los fondos a sacar la billetera para entrar de lleno en este mercado, convirtiéndose en los principales inversores del sector en 2017. Su llegada, lejos de suponer un problema para las grandes cadenas hoteleras, se está convirtiendo más bien en una oportunidad, al menos en el caso de Meliá, y así lo explica a este periódico su consejero delegado, Gabriel Escarrer.

El directivo asegura que el "grado de atomización de la industria turística en España es muy elevado, ya que menos de un 14 por ciento de los establecimientos están afiliados a grandes grupos. Eso nos puede dañar a nivel de competitividad, pues en nuestro sector son muy importantes las economías de escala para obtener las sinergias".

Por ello, Escarrer ve con buenos ojos la consolidación en el sector. "Aunque nosotros nos sentimos muy cómodos con el crecimiento orgánico, creo que es bueno que haya estos procesos de concentración en la industria -refiriéndose a la opa que lanzó Barceló por NH¬, y que haya jugadores de mayor tamaño para poder ganar competitividad".

Sin embargo, su estrategia ahora se va a basar en el crecimiento mediante el negocio de gestión de hoteles y en este punto es cuando entran en juego los fondos, que han llegado precisamente "coincidiendo con un proceso de cambio generacional en algunas cadenas españolas". "Aquellos que no hayan trabajado en reforzar y renovar sus marcas o en su expansión, pueden tener mucho atractivo para los fondos que quieren comprar estas cadenas y reposicionarlas. Es ahí donde creemos que Meliá, por la transformación que hemos sufrido en los últimos años, puede beneficiarse de gestionar muchos de estos establecimientos que serán comprados por fondos", concreta Escarrer.

Estas oportunidades van además en la línea estratégica de la compañía, que espera que en cinco años un 50 por ciento de su ebitda proceda de los hoteles en gestión. Para reforzar esta tendencia Meliá desinvertirá también algunos de los hoteles que tiene en propiedad. "Hay una serie de establecimientos, sobre todo en España, en el segmento vacacional y quizás algo en ciudades secundarias que podríamos vender y la operación se llevaría a cabo con un contrato de gestión a muy largo plazo", si bien, el directivo especifica que "estamos hablando de una cantidad muy poco representativa".

Retos en España

La crisis política en Cataluña ha supuesto un impacto negativo de 3 millones de euros en el ebitda de la compañía en el último trimestre del 2017. "Se han hecho muy mal las cosas, está claro que por ambas partes, pero si hay que culpar a alguien es, sin lugar a duda, al fanatismo independentista. Toda la inestabilidad política se ha plasmado en el primer sector industrial de Cataluña, que es el turismo", lamenta Escarrer, que asegura que de momento "intentamos mantener precio, es algo que hemos luchado mucho, pero de perdurar la inestabilidad definitivamente se va a ver repercutido".

El auge del alquiler turístico es otro de los retos del sector, un problema de "competencia desleal, que debería tratarse como un asunto de Estado. Yo no niego los alquileres turísticos, abogo por ellos, pero se tiene que controlar y regular y jugar en las mismas condiciones que los hoteles. Lo que no puedo es perder competitividad, por un vacío legal".

Plan de crecimiento

Para crecer más allá de nuestras fronteras, la cadena mallorquina tiene un plan de crecimiento que comprende la apertura de 71 establecimientos en los próximos dos años y medio. "Un 40 por ciento de este pipeline será en Asia y una gran parte en el sureste asiático, pues creemos que hay una gran oportunidad de extrapolar el modelo tan exitoso vacacional que la hostelería española ha llevado a cabo entre los años 60 y 80 en el Mediterráneo y mas tarde en el Caribe", detalla Escarrer. Además, la compañía apuesta por destinos de ocio que van más allá del clásico sol y playa, como es el caso del Meliá Serengeti en el Parque Nacional de Tanzania, o el establecimiento que están abriendo próximo en las cataratas de Iguazú, en Argentina.

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