
Walmart, la minorista más grande del mundo, se suma a la lucha contra la adicción a los opiáceos que se expande por Estados Unidos. La compañía desarrolla un plan que busca ayudar a sus clientes y consumidores a deshacerse de las píldoras restantes, una vez terminados los tratamientos recetados por un médico. De esta forma, la cadena de hipermercados distribuirá paquetes gratuitos junto con las recetas de opiáceos en sus más de 4.700 farmacias en el país.
Estos pequeños paquetes, fabricados por DisposeRX, contienen un polvo que se vierte en botellas recetadas. Cuando se mezcla con agua tibia, el polvo convierte las pastillas de opiáceos en un gel biodegradable que se puede tirar a la basura.
Varios estudios apuntan que los pacientes que se someten a una cirugía y posteriormente consumen opiáceos bajo supervisión médica suelen acabar su tratamiento con píldoras de más, que al guardarse se suelen consumir posteriormente de forma inapropiada.
Es por ello que Walmart ha decidido ofrecer esta fórmula para que sus clientes puedan deshacerse de forma segura de esta clase de medicamentos, conocidos por su extrema adicción. Además, la compañía asegura que el polvo incluido en sus paquetes puede utilizarse para eliminar otra clase de medicamentos, de ahí que pueda solicitarse de forma gratuita en cualquiera de sus establecimientos.
El pasado octubre, el presidente de EEUU, Donald Trump, declararó una situación de "emergencia de salud pública" por el abuso de analgésicos opiáceos, culpables de la muerte de una media de 91 estadounidenses al día.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, los opiáceos (entre los que se incluye la heroína) fueron responsables de 64.000 muertes en 2016. Las autoridades consideran que la adicción a los opiáceos abre las puertas al consumo de heroína, mucho más barata que los medicamentos en el mercado negro.