Empresas y finanzas

Pinchazo de Just Eat, Deliveroo y Glovo, con pérdidas en España

Foto: Getty.

Las calles de las principales ciudades españolas se han inundado en los dos últimos años de repartidores que, bien en bicicleta o en moto, llevan la comida desde los restaurantes hasta los domicilios particulares. Compañías como Just Eat, Deliveroo o Glovo están experimentando un fuerte crecimiento que, sin embargo, no han conseguido por el momento rentabilizar. A la espera de que se hagan públicas las cifras del último año, entre 2015 y 2016 estos tres gigantes del delivery acumulan números rojos de casi 32 millones. | Más noticias en la revista digital gratuita elEconomista Alimentación.

De los tres, el más veterano es la multinacional británica Just Eat. Su filial española se constituyó en 2010 y desde entonces acumula pérdidas prácticamente continuas. En 2014 alcanzó el punto de equilibrio y con un volumen de ventas de algo más de 10 millones apenas perdió 730 euros, según los datos de Informa, recogidos del Registro Mercantil. Pero desde entonces la situación se ha deteriorado. En 2015 las pérdidas se elevaron hasta 10,2 millones de euros y la situación no mejoró mucho al año siguiente. Aunque en 2016 el volumen de facturación de Just Eat en España aumentó un 143%, pasando de 7,53 a 18,35 millones de euros, la filial volvió a presentar pérdidas de 9,9 millones de euros.

Hay que tener en cuenta que gran parte del crecimiento logrado en 2016 viene de la compra de La Nevera Roja. Y es que en febrero de ese año, la plataforma de comida a domicilio anunció la adquisición a Rocket Internet de varios de sus competidores: La Nevera Roja en España, PizzaBo en Italia y las divisiones de Brasil y México de Hellofood por 125 millones de euros. "Queremos ser sinónimo de pedir comida a domicilio", aseguraba entonces Just Eat, que financió la compra con recursos propios de tesorería. La venta de La Nevera Roja llegó justamente un año después de que Rocket Internet la hubiese comprado por 80 millones de euros.

Un modelo distinto

Just Eat, que según sus cuentas tiene una plantilla en España compuesta por 90 trabajadores, explicó ya en aquel momento que "somos una parte minúscula del mercado", aunque con vocación de crecimiento, en un mercado dominado por gigantes especializados como Telepizza, Domino's Pizza o Burger King, con facturaciones mucho mayores.

El modelo de Just Eat es distinto, por otro lado, al de Deliveroo o Glovo. La compañía no tiene repartidores propios, sino que pone en contacto a los usuarios y los restaurantes, que no pagan nada por estar registrados en la plataforma. Su modelo de negocio se basa así en un margen por cada pedido que se gestiona, que se sitúa de media entre el 13 y el 14%, siendo los restaurantes los que tienen que contratar a los repartidores.

Frente a este sistema, Deliveroo y Glovo sí que funcionan con autónomos, que llevan meses denunciando la existencia de una relación laboral, certificada ya en el primer caso por la Inspección de Trabajo tras una denuncia en Valencia. De todos modos, y aunque el modelo es distinto, como Just Eat, Deliveroo y Glovo también tienen pérdidas en España. Roofoods Spain, la filial del grupo británico Deliveroo en nuestro país, fue constituida en julio de 2015. Ese año apenas tuvo actividad, aunque registró ya unas pérdidas por el lanzamiento de casi 1 millón. En 2016, el primero ya con operaciones a pleno rendimiento, los ingresos se situaron en 3,8 millones, pero los números rojos se dispararon hasta 5,6 millones. Es decir, que por cada euro que ingresó ese año la compañía perdió 1,4 euros. Aunque hay que tener en cuenta que el negocio está en plena expansión, es una muestra de que está teniendo dificultades para que su rentabilidad en el mercado español logre arrancar.

El declive de Glovo

Muy parecida es la situación de Glovo. En enero de 2015, Oscar Pierre y Sacha Michaud lanzaron en Barcelona la app Glovo, a imagen de las que ya funcionaban en Estados Unidos para realizar compras y envíos inmediatos dentro de una misma ciudad. Era un modelo pionero, y pronto ampliaron el negocio a más ciudades españolas y del sur de Europa. A finales de 2016 operaban en ocho y la compañía cerró el último año con presencia en 23.

Aunque está en plena expansión y acaba de desembarcar en Latinoamérica en alianza con Cabify, otra app con la que comparten dos inversores de referencia -Seaya y el fondo de inversión de Rakuten-, la empresa se encuentra también en una situación financiera complicada. En 2016 sus pérdidas antes de impuestos se multiplicaron por siete, hasta 5,58 millones, una cifra que se consiguió rebajar debido a créditos fiscales. Aún así, el resultado negativo se elevó a 4,5 millones de euros, una cifra que se suma a los 614.199 euros en números rojos registrados un año antes.

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