Empresas y finanzas

A casa por Navidad: el turrón crece al mayor ritmo desde 2008

  • Prevén mejorar márgenes y rentabilidad reduciendo la estacionalidad
Foto: Dreamstime.

Los principales fabricantes de turrón prevén cerrar la mejor campaña de los últimos ejercicios, con niveles de crecimiento no alcanzados desde antes del estallido de la crisis económica: al menos un 8% en el turrón tradicional y entre el 3% y el 4% en el resto de variedades ofertadas -gamas con chocolate y otros sabores-.

Esta evolución se apoya en la combinación de varios factores que han contribuido al crecimiento de la demanda, entre los que destacan la mejora de la situación económica -que se traduce en un impulso al consumo y una recuperación de los productos de marca de fabricante, frente a los de marca blanca-, el esfuerzo del sector para innovar en productos y formatos, y en el aumento de la exportación. Más noticias en la revista digital gratuita elEconomista Alimentación.

Las compañías productoras conseguirán, asimismo, mejoras en márgenes y rentabilidad, afectada, en los últimos años, por la evolución de precios de la almendra, materia prima básica en las elaboraciones tradicionales.

"Los costes de las materias primas han registrado estabilidad, lo que permite, a su vez, mantener el nivel de precios a los consumidores", explica Federico Moncunill, secretario del Consejo Regulador de las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) Jijona y Turrón de Alicante -entidad que agrupa a los fabricantes de algunas de las marcas más consolidadas, como 1880, El Lobo, Antiu Xixona, Picó, La Fama, El Abuelo o Doña Jimena-.

La demanda se recupera

La estimación del Consejo Regulador apunta a un volumen de ventas de unos cinco millones de kilos de turrones tradicionales protegidos y más de 11 millones del resto de variedades. "Observamos una recuperación de la demanda en productos de mayor valor añadido, con más margen, y algunos distribuidores prevén un aumento de entre el 8% y el 12% en unidades vendidas", destaca Francisco López, director comercial de Turrones Picó.

En esta línea, Moncunill, sostiene que "detectamos, desde hace dos o tres años, que las marcas blancas han tocado techo. Con la mejora económica, el consumidor está recuperando su decisión de compra y ahora está dispuesto a pagar algo más por un producto con mayor valor". El Consejo Regulador indica que otra de las tendencias que se aprecian en el sector es la evolución hacia formatos de menor tamaño. "Se está pasando de tabletas de 300 gramos a otras de 250 gramos e, incluso, más pequeñas. El consumidor busca más diversidad y ajustar la compra a sus necesidades reales", señala.

En esta línea, Rubén Moreno, secretario general de Produlce, la Asociación Española del Dulce, señala que "el sector de turrones y mazapanes se adapta a las necesidades actuales innovando en formatos, sabores y adecuando porciones para una mejor conservación y ajuste a nuevos momentos y patrones de consumo".

Para hacerse eco de esa diversidad, la industria ha logrado poner en el mercado bandejas multiproducto y comercializar turrones sin azúcar. Según Rubén Medina, estos últimos están cogiendo cada vez más fuerza, y prácticamente cada empresa del sector cuenta con al menos una gama de productos sin azúcares o con una fuerte reducción.

El reto de la estacionalidad

Pese a los éxitos cosechados en el capítulo de la innovación, el sector sigue viendo en la estacionalidad del consumo de sus productos todo un reto pendiente de resolver. De ahí que entre las estrategias para suavizar sus efectos desde el punto de vista industrial esté contemplada la diversificación de la oferta -con otro tipo de dulces, como chocolates- y la expansión internacional. No obstante, el grueso del negocio -en torno al 75%- sigue concentrado en España.

Según datos de Produlce, el 75% de las exportaciones de la industria española de turrones y mazapanes se destina al mercado europeo -especialmente a Portugal, Francia, Reino Unido e Italia-, seguido de América, que ya se queda con un 20%, y de Asia, con otro 5%. Unos porcentajes que difieren de los registrados hace solo dos años, cuando la Unión Europea aglutinaba el 82% de las exportaciones españolas de turrón.

La razón del cambio viene impulsada, fundamentalmente, por el aumento de la demanda en el continente americano -de un 7% respecto a 2015-. Si, a juicio de Medina, el objetivo en Estados Unidos pasa por conquistar a nuevos consumidores, más allá de la población latina, tradicionalmente fiel a nuestros turrones, en Canadá la oportunidad ha surgido con el acuerdo comercial que la UE y el país acaban de firmar. En América Latina, por su parte, el país que más despunta es Chile. A uno y otro lado, el turrón vuelve por Navidad.

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