
Se acabó el facturar en un país y tributar en otro. Tras años de polémicas por su ingeniería fiscal y poco después de que Apple pactara con la Unión Europea (UE) en pago de 13.000 millones de euros en concepto de impuestos atrasados por ayudas de Estado, Facebook prevé desmontar su estructura irlandesa para tributar localmente a partir de 2019.
Así, el responsable financiero de Facebook, Dave Wehner, sorprendió ayer a la industria tecnológica con la decisión de cambiar su actual modelo comercial en favor de los negocios locales. Frente a la centralización de todas de las ventas en Irlanda (la tecnológica facturaba desde el país del tigre todo su negocio europeo), la red social apostará por los 25 países en los que dispone de oficinas propias, para así "apoyar a los anunciantes locales", justificó el grupo fundado por Mark Zuckerberg.
En concreto, el ejecutivo explicó que dicha decisión significa "que los ingresos publicitarios apoyados por nuestros equipos locales ya no serán registrados por nuestra sede internacional en Dublín, sino que serán registrados por nuestra empresa local en ese país con oficina". Esa situación beneficiará al fisco español, alemán, francés o italiano, en el caso de Europa.
"El paso a una estructura de venta local proporcionará más transparencia a los gobiernos y responsables de la formulación de políticas de todo el mundo que han solicitado una mayor visibilidad sobre los ingresos asociados con las ventas con apoyo local en sus países", consideró el directivo que ha visto cómo el gobierno francés se ha levantado en contra de las plataformas tecnológicas como Airbnb que no pagan impuestos en sus países.
"Se trata de una gran iniciativa que requerirá importantes recursos. Así, desplegaremos nuevos sistemas y facturación tan pronto como sea posible para asegurar una transición perfecta a nuestra nueva estructura", dijo Wehner. Al margen de que la tributación se realice en los países en los que se realice la actividad, la compañía mantendrá su sede central en Menlo Park, California, y su internacional en Dublín, Irlanda.
La actual estructura confiere a sus filiales del resto de Europa el papel de meros intermediarios a los que paga la matriz irlandesa por la prestación de servicios para poder cubrir sus costes de operación. El problema para la Agencia Tributaria de cada país es que los ingresos declarados por estas compañías están muy ajustados a los gastos (alquiler de locales, pago de personal) por lo que generan ganancias muy pequeñas y, por extensión, pagan muy poco en concepto del impuesto sobre beneficios, que en nuestro país es del 25 por ciento frente al 12,5 por ciento de Irlanda.
Prestación de servicios
En el caso de España, Facebook sólo ha pagado a Hacienda 260.000 euros entre 2009, cuando constituyó su filial, y 2014. La red social admite en su página web que "la compra de anuncios de Facebook se efectúa a través de nuestra sede europea en Dublín", la más grande fuera de Estados Unidos.
Los 3,93 millones de euros que facturó Facebook Spain en 2014 no corresponden de este modo a la venta de espacios publicitarios, sino a la prestación de servicios a la sociedad irlandesa. En este punto, los gastos de operación y laborales reconocidos por la red social alcanzaron los 3,63 millones en nuestro país, dejando un resultado de explotación de 300.000 euros en 2014.
Con esas ganancias, Facebook, que tiene 21 millones de usuarios en España y concentra una buena parte de la inversión publicitaria online (un mercado de más de 1.000 millones de euros), pagó a Hacienda 84.000 euros en concepto de impuesto de sociedades.