Isolux Corsán constituyó ayer con los representantes de los trabajadores las mesas de negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo, que afectará a un máximo de 537 trabajadores. Será un proceso diferido, de forma que las primeras salidas se producirán antes del 31 de enero de 2018 y las últimas se demorarán, según la propuesta del administrador concursal Francisco Vera, hasta el 30 de septiembre de 2019.
En ese plazo, la administración concursal prevé culminar todas las desinversiones que tiene en marcha y proceder así a la liquidación del grupo, según explican fuentes conocedoras del plan. Del total de empleados afectados, 262 corresponden a Corsán Corvian, 178 a Isolux Ingeniería y 97 a corporativo.
Ahora bien, la empresa está ultimando la venta del negocio de construcción e instalaciones en España a un grupo de directivos, que encabeza el actual consejero delegado Federico Ávila. Su propuesta, que llegó fuera del plazo establecido, ha superado tanto desde el punto de vista económico como del mantenimiento de trabajadores al resto de ofertas (19 por la totalidad de la actividad y 37 por determinados activos).
Los compradores, que se quedarán con la marca Isolux Corsán, asumirán 98 proyectos, de los que 14 están en marcha y 84 ya terminados, aunque pendientes de reclamaciones ante diferentes administraciones. El compromiso de los directivos es retornar el 75 por ciento de lo que se obtenga al grupo. La operación se espera cerrar en unos 10 días.