Las ventas de cava producido fuera de Cataluña se están disparando en las últimas semanas, con subidas medias del 30% e, incluso, en algún caso puntual, de hasta el 90% en ciertas bodegas. A la espera de que se inicie la campaña de cara a Navidad, y ante el boicot que empieza a surgir a los productos catalanes, las expectativas del resto apuntan, según admiten desde distintas bodegas de Extremadura, Rioja o Valencia, a que "se venderá todo lo que salga a la venta".
En Extremadura, el gerente de la bodega Vía de la Plata de Almendralejo, Evaristo de Vega, admite ya que las ventas de cava desde enero a septiembre de este año han subido en un 90% con respecto a 2016, entre otros motivos, porque "la situación actual en Cataluña evidentemente favorece la venta de este producto, algo que es una cuestión del consumidor".
Para De Vega, en el consumo de cava "se está notando ya desde los primeros meses del año que las ventas han aumentado" y se han incrementado mucho las llamadas telefónicas y el interés por adquirir cava extremeño, motivo por el que prevén que "el aumento va a ser importante" en los próximos meses.
En la misma línea se pronuncian desde las bodegas López Morenas, una de las mayores del país, con una facturación anual cercana a los 60 millones de euros, de los que el 45% tienen como destino el mercado exterior a países de los cinco continentes. "Vendemos un cava de muy buena calidad a un precio muy competitivo y eso, unido a la situación política, ha provocado que, desde 2011, las ventas hayan pasado de un millón a seis millones de euros y ahora esperamos un incremento del 30%", explican en la compañía.
López Morenas encabeza el ránking en Extremadura, con una producción anual de 4 millones de botellas en el último año, a pesar de las limitaciones en el número de hectáreas para poder producir.
Rioja
En Rioja, por su parte, la mayoría de las bodegas que elaboran cava prefiere mantener el anonimato, pero el crecimiento medio se sitúa, también, en el entorno del 30%. "Estamos notando un incremento muy importante de los pedidos. Las centrales de compra se están dirigiendo a nosotros pidiendo cava no catalán debido a la situación política", asegura uno de los principales productores de la región.
Amador Escudero, de la familia propietaria de Bodegas Escudero, advierte que "todavía es pronto para saber qué es lo que va pasar", pero recuerda que, "ya cuando se desató el boicot como consecuencia de las declaraciones en 2004 de Carod Rovira contra los Juegos Olímpicos en Madrid, "las ventas subieron un 200%".
En el caso de los fabricantes de cava valencianos, el impacto del conflicto catalán en volumen de negocio aún no se ha cuantificado, "dado que los pedidos para la campaña de Navidad todavía no se han formalizado", pero el alto nivel de consultas anticipa una muy buena temporada, según explican en el sector. Las ocho bodegas integradas en la Denominación de Origen Protegida Cava se ubican en la zona de Requena: Coviñas, Chozas Carrascal, Dominio de la Vega, Hispano Suizas, Pago de Tharsys, Torre Oria -propiedad de Juan Roig, a través de Angels Capital-, Unión Vinícola del Este y Vegalfaro.
"A nivel nacional, estamos recibiendo muchas consultas. Grandes cadenas de distribución nos han trasladado su preocupación de cómo va a reaccionar el cliente final a lo que está sucediendo", indica Gerardo Rodríguez, gerente de Dominio de la Vega.
En su opinión, "al final, el poder de decisión lo tiene el consumidor, tanto ante un lineal de supermercado como en la mesa de un restaurante, y, en este contexto, las cadenas de distribución han tomado precauciones y han abierto su red de proveedores, ampliando el catálogo de cava no catalán. Hasta ahora, se está apreciando, sobre todo, mucha expectación y toma de posiciones".
A la espera en Valencia
"Veremos si se da realmente ese cambio de consumo de cava de origen catalán hacia otras zonas de producción", insiste Rodríguez. Hasta el momento, esta bodega ha distribuido sus cavas -unas 350.000 botellas anuales- prácticamente en su totalidad a través del canal de hostería y restauración.
Emilio Expósito, presidente de la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena, que integra a las ocho bodegas de la DO Cava, detalla que las previsiones de crecimiento anuales se sitúan entre el 10 y el 15 por ciento, "por la mayor demanda en el mercado nacional, gracias a la recuperación económica, pero, sobre todo, por la positiva evolución de la exportación, que pasará de representar el 33 por ciento del volumen total de negocio el año pasado al 40 por ciento este año".
Los productores advierten de que, al tratarse de bodegas en su mayoría de pequeño tamaño, no podrían dar respuesta a un aumento ingente no previsto de la demanda por el posible boicot a las marcas catalanas. La superficie de cultivo destinada a uva para cava en Requena ha pasado de unas 100 hectáreas en 1982 a unas 3.500 hectáreas en la actualidad, y sigue ampliándose. El año pasado, las ventas superaron los siete millones de botellas, un 7 por ciento más que en 2015. Parte de la producción total, que ronda los 13 millones de litros base, se vende sin embotellar.
"En todo caso, no consideramos un buen argumento de venta recurrir al conflicto catalán. Eso supondría aplicar una visión cortoplacista. Lo que nos interesa es seguir trabajando para consolidar a largo plazo marcas basadas en el buen hacer y la calidad, como hemos venido haciendo en los últimos años, con buenos resultados en evolución de ventas y de cuota de mercado", subraya el responsable de otra de las bodegas productoras valencianas.