WASHINGTON, 17 (EP/AP)
Los fabricantes de automóviles asentados en Estados Unidos han cifrado en 3.000 millones de dólares (2.400 millones de euros) el sobrecoste que han tenido que afrontar desde 2004 como consecuencia de la implantación de aranceles a las importaciones de acero paran la producción de vehículos.
Seis de los principales constructores de automóviles con instalaciones en Estados Unidos --General Motors, Ford, DaimlerChrysler, Toyota, Nissan y Honda-- han aunado esfuerzos para pedir a la Administración la supresión de estas tarifas, en vigor desde 1993.
Estas compañías mantienen que la consolidación en la industria siderúrgica ha permitido a los productores de acero estadounidenses mejorar su rentabilidad, mientras los aranceles sobre las importaciones mantienen en elevados niveles los precios de esta materia.
Sin embargo, la industria siderúrgica norteamericana quiere que se mantengan estas tarifas, y argumenta que su supresión podría conducir a una dependencia del acero importado, con la consiguiente amenaza para el empleo del sector.
Así, los fabricantes de acero sostienen que su margen de beneficios se limita al 5,2% en el acero destinado a la automoción, y temen que competidores de Japón y Corea del Sur puedan efectuar prácticas de 'dumping' si se suprimen los aranceles.
La Comisión Internacional de Comercio de Estados Unidos está a punto de decidir si mantiene estos aranceles, que se aplican a las importaciones de acero de seis países, o los elimina como demanda la industria de automoción.
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