
Transport for London (TfL), la entidad que regula y otorga las licencias del transporte privado compartido en Londres, ha asegurado que no renovará la licencia de Uber para operar en la capital británica en cuanto expire este mes. La compañía, que cuenta con 40.000 conductores y 3,5 millones de clientes en la ciudad, tiene 21 días para apelar la decisión.
La autoridad londinense ha llegado a la conclusión que Uber "no es apto y adecuado para para poseer la licencia de operador de alquiler privado". A su juicio, la empresa "demuestra la falta de responsabilidad de la corporación en relación con una serie de cuestiones que tienen implicaciones potenciales para la seguridad pública". La TfL hace referencia a la opacidad de la compañía a la hora de colaborar con delitos criminales graves.
Según explica TfL, la regulación de la actividad del taxi y del alquiler privado de vehículos está diseñada para garantizar la seguridad de los pasajeros, por lo que los operadores privados deben cumplir con un reglamento riguroso y demostrar que así lo hacen.
Esta decisión ha sido respaldada por el alcalde de Londres, Sadiq Khan, quien indicó que "estaría mal seguir emitiendo una licencia a Uber si esto puede suponer un riesgo para la seguridad de los londinenses". "Todas las empresas deben respetar las normas y adherirse a los estándares vigentes, especialmente en lo que se refiere a la seguridad", concluyó.
Por su parte, el gerente de Uber en Londres, Tom Elvidge, dijo que, al prohibir la aplicación, "TfL y el alcalde han cedido ante un pequeño número de personas que quieren restringir la oferta para el consumidor". "Si esta decisión se mantiene, dejará sin empleo a más de 40.000 conductores con licencia y privará a los londinenses de un medio de transporte cómodo y asequible", advirtió.