Empresas y finanzas

Bosco Torremocha: "La venta de bebidas alcohólicas se ha frenado, es irracional atacar al turismo"

Foto: Archivo

La industria de las bebidas espirituosas logró en 2016 sumar dos años consecutivos de mejora en sus principales magnitudes después de haber perdido el 40% de su negocio entre 2003 y 2014. Pero el sector se ha vuelto a frenar en los últimos meses y desde la Federación Española de Bebidas Espirituosas (Febe). | Más noticias en la revista digital gratuita elEconomista Alimentación.

¿Cómo han ido las ventas de las bebidas espirituosas este verano?

Entre junio y julio han ido mal, con una caída del 0,7%. La economía está mejorando, el consumo está mejorando, la hostelería está creciendo, estamos recuperando los niveles previos a la crisis en el mix hostelería y hogares, con un 70/30, respectivamente que es con lo que nos sentimos más cómodos..., pero no todo es tan sólido o sostenible como podemos pensar. Estamos viendo una cierta desaceleración.

¿Podría la ralentización del verano comprometer las cifras anuales?

Venimos de crecer un 4% entre 2015 y 2016. Es verdad que este año no esperamos crecer por encima, pero el hecho de ver que en junio y julio no crecemos, ni siquiera nos mantenemos, sino que caemos, aunque sea poco, nos hace estar alerta. Si los datos de agosto salen con cifras negativas -estarán disponibles a primeros de octubre- entonces la cosa se va a complicar.

¿A qué se debe esa desaceleración?

La única explicación que a día de hoy puedo dar es que ha habido mucha concentración del verano en el mes de agosto. Tenemos la sensación de que ha habido una especie de freno en el consumo para ahorrar y consumir después, en agosto.

¿Y eso pese a las cifras récord de turistas que visitan España?

Tenemos absolutamente claro que el aumento del consumo viene por la mayor afluencia de turistas extranjeros. Los consumos domésticos no están estabilizados, sino cayendo, evidentemente por efecto de la crisis, porque se tiene menos renta disponible y porque se sale menos.

Pese al turismo, el comercio también se está parando...

Sí... Hay indicadores que apuntan a que ahora se va a parar y en 2018 se va a recuperar. Lo que tengo claro es que hay muchas claves y muchas incertidumbres de las que dependen muchas pequeñas palancas que hacen que esto gire o no gire. Por ejemplo, si analizamos los datos de paro del mes de agosto han sido un palo, eso es indudable.

Y lo que ocurre en Cataluña...

Sí, la situación política no ayuda nada. Aquí te asomas y lo que ves es incertidumbre. No hay en absoluto una línea clara, tenemos graves problemas como lo de Cataluña, pero también la evolución del propio desempleo, la guerra que hay entre comunidades y qué va a pasar con el sistema de financiación. Son muchas cosas.

¿Y el turismo?

Hay colectivos, a mi juicio totalmente irracionales, que arremeten contra la gallina de los huevos de oro, que van en contra de lo que nos da de comer como país, que es el turismo. Hay que entender que en España seguimos teniendo cerca de cuatro millones de parados y que tenemos una industria que se llama turismo. Y de ese turismo depende una gran parte de la agricultura, una gran parte del sector servicios, una enorme parte de la hostelería y todos los sectores que contribuimos a esto.

¿Cómo volverán a crecer?

Estamos haciendo todo lo que se debe hacer. Estamos mejorando en exportaciones, hemos crecido de una manera increíble, un 6% el último año; creando cada vez más marca España y más producción nacional. Los deberes como sector innovador y emprendedor que se está moviendo los estamos haciendo, y diría que con éxito. Pero es que en el mercado doméstico tenemos muchos interrogantes, ¡como para que vayan contra el turismo!

¿Qué supone la exportación?

El 40% del total de la producción nacional. De 2003 a 2014, las ventas bajaron un 40% y pasamos de 240 a 200 millones de litros. Mientras, las exportaciones no bajaron, sino que aumentaron. Eso significa que la crisis de consumo interna la hemos paliado. Hemos hecho una fuerte apuesta por mercados internacionales con productos nuevos y con tradicionales, desde el brandy, el pacharán o los aguardientes. Destaca el caso de los anisados, por ejemplo en México..

¿Qué mercados exteriores son interesantes para el sector?

Fuera de los mercados tradicionales hay economías que están creciendo a muy buen ritmo que clarísimamente están demandando más productos. América Latina es un claro ejemplo. También EEUU es una oportunidad; no es un mercado nuevo, pero está ganando cuota a la cerveza y al vino.

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