
La instalación de sensores en las plantas, los avances de la robótica, las herramientas de inteligencia artificial y otras muchas aplicaciones de la industria 4.0 tendrán un impacto directo en las cuentas de resultados de las compañías. Los ingresos anuales de todos los sectores crecerán del 6,3 al 9,8% en el año 2025. | Más noticias en la revista gratuita elEconomista Factoría 4.0.
De aquí a ocho años, el escenario irá cambiando de forma gradual. Esta cifra es la principal conclusión de un informe que acaba de presentar Siemens con testimonios de más de 60 empresas industriales internacionales, consultorías de gestión expertas y especialistas académicos de 11 países, España entre ellos.
Acuña este estudio un nuevo concepto o criterio con el que medir el impacto de esa introducción de tecnología en la industria 4.0: el "bonus de productividad de la digitalización". "Aunque las diferentes dimensiones de la productividad difieren entre las industrias y los países, el aumento de la productividad productiva -la capacidad de producir el mismo número de productos por menos, o más productos con el mismo coste- tiene un efecto positivo claro y calculable en los costos y márgenes", leemos en el informe.
"La tecnología digitalizada de nueva generación -también conocida como Industria 4.0- permite a los fabricantes de todos los sectores mejorar el rendimiento gracias a una mayor productividad en los procesos de fabricación, una planificación y previsión más precisas, una mayor capacidad competitiva y una mayor sostenibilidad financiera". Así nos lo aclara Dirk Budach, director de Siemens Financial Services en España.
El informe sitúa a China y a Estados Unidos como los principales mercados que mejor sabrán aprovechar a priori el impulso de esta digitalización de la industria. Este mismo análisis se centra en dos sectores en los que la tecnología tendrá un fuerte impacto: el de bebidas y alimentación por un lado, y el farmacéutico por otro.
En el primero, el bonus de productividad de la digitalización de China se situaría entre 93.300 y 132.500 millones de euros, mientras que Estados Unidos tendría entre 37.500 y 58.000 millones. El bonus de España se situaría entre 5.000 y 7.800 millones de euros. En cuanto al otro sector, el farmacéutico, volvería a repetirse, aunque con cifras mucho más discretas, pues desde Siemens entienden que el impacto de la Industria 4.0 sería mucho menor. Así, en el caso de China ese bonus de productividad de la digitalización sería de 9.100 a 12.600 millones de euros; para EEUU de 8.900 a 17.200 millones; y para España sería de 700 a 1.300 millones.
Ajustarse a las necesidades
Los ejemplos de cómo van cambiando las plantas son muchos. En el caso del sector bebidas y alimentación, el talón de Aquiles sobre todo en productos perecederos es anticiparse a las necesidades del público en cada momento para no producir más de lo necesario. Descubrir patrones en los datos también permite a las empresas anticipar realmente la demanda de los clientes, permitiendo a las empresas aprovechar la analítica y refinar aún más sus soluciones de procesamiento.
"La información digital que fluye hacia arriba y hacia abajo de las cadenas de distribución y de suministro mejora la coordinación de la oferta y la demanda -que puede fluctuar con la frecuencia de cada día- para evitar el exceso de pedidos y la sobreproducción.
El seguimiento electrónico permite a los productores rastrear los artículos desde la entrega hasta que se coloca en el estante del supermercado. Se trata de conectar la ingeniería a la producción con la TI para apoyar sistemas conjuntos y una planificación de producción y demanda más eficiente", explica Budach.
En este sentido, según adelantan, el análisis de datos por las condiciones climáticas nos puede adelantar el nivel de calidad que va a tener cada producto, incluso antes de que se lleve a cabo su recolección. Uno de los modelos que se está implantando se conoce como luces apagadas, que permite una fabricación altamente flexible y totalmente automatizada.
Un ejemplo de ellos son los sistemas de paletización y despaletización, en el que una carretilla elevadora carga automáticamente el sistema con cajas individuales y los robots recogen esas cajas, las colocan en su lugar y las apilan sobre palets. Los sensores detectan el momento en el que el espacio se agota y entonces es cuando intervienen los operarios.
En la panadería
Otro ejemplo de uso de Industria 4.0 nos lleva a un obrador de pan. En este caso, la variación de temperatura del horno en momentos de pico de producción puede ser absolutamente desastroso para la calidad del producto. Los sensores se encargarán de mantener estable esos valores durante todo el proceso. Y de igual manera sucede en este sector en cualquier cadena de frío, en la que la reducción de la temperatura de los productos puede malograr una partida entera.
En total, este informe estima que la conversión a tecnología digitalizada podría proporcionar un bono de productividad de digitalización de entre 290.000 y 450.000 millones de dólares al sector de alimentación y de bebidas.