
Más allá de la investigación judicial abierta por el supuesto uso fraudulento de la rueda de la SGAE, el conflicto desatado por la aplicación de este sistema tarifario esconde una guerra entre las televisiones, las grandes discográficas y los músicos por los ingresos que generan los derechos de los autores. En 2016, la entidad de gestión facturó 239 millones de euros y lo que actualmente está en cuestión es el sistema de reparto de lo recaudado ya que, según denuncian multinacionales como Warner, Sony o Universal y autores como Quique González o Nacho Vegas, está "desajustado" ya que privilegia a las teles y a "músicos y canciones desconocidas".
Un punto con el que no están de acuerdo las cadenas, que son las principales mecenas de la SGAE al aportar entre el 60 y el 70% de sus ingresos, y otros creadores como Manu Tenorio o Jose Ángel Hevia, que defienden que los espacios nocturnos permiten a los músicos "seguir desarrollando sus carreras y compensar la falta de ingresos por la venta de discos". "La opción de una editorial televisiva también supone un gran apoyo y una gran alternativa para artistas que han optado por seguir el difícil camino de ser independientes y no están vinculados a multinacionales", asegura Tenorio.
Así, tras este enésimo enfrentamiento entre las majors y las televisiones se encuentra otro cambio de las tarifas de remuneración de los derechos de autor que busca reducir la madrugada (02.00 a 07.00 am), que ahora tiene un coeficiente del 0,6, en favor del prime time, que está copado por el catálogo de las discográficas que, en su mayoría, son canciones extranjeras. Así, el colegio de los Editores lleva años tratando de establecer un sistema que reduzca a la mínima expresión los ingresos que perciben las teles por poner las canciones que editan de madrugada. Actualmente supone el 50% del 30% que pueden recuperar de lo que aportan a la SGAE. Las cadenas pagan cada una en torno a 30 millones al año a la entidad y, por ejemplo, en 2016 Antena 3 recibió 3,9 millones de la SGAE, de los cuales 2,1 millones se repartieron de madrugada. En 2014, de los 15,9 millones repartidos entre las teles, 7,5 millones fue en ese horario.
Comerse todo el pastel
Según denunció José Miguel Fernández Sastrón en 2014, antes de ser presidente, y explican otras fuentes del sector, las discográficas buscan copar el reparto de los derechos que generan las televisiones y emular el sistema fijado en las radios, donde solo se emite la música incluida en sus catálogos. Tras esta maniobra está la necesidad de las majors de elevar sus ingresos ante la caída de la venta de discos y de los problemas que tienen para adaptarse a Internet. Para ello, han acudido a un árbitro, cuyo laudo les da en parte la razón ya que ha decretado que se reduzca la retribución a la franja de madrugada y que se limite al 10% lo que las tv puede recaudar en ese horario. En ningún caso se ha dudado de la legalidad del sistema. La SGAE tendrá que decidir en septiembre si aplica el laudo y cambia sus estatutos.
Fuentes cercanas a las cadenas, aseguran que el sector está dispuesto a eliminar la rueda si la SGAE rebajara las tarifas que les cobra o eliminara de facto el sistema de tarifa plana, tal y como recoge la nueva ley. Así, las teles reclaman que la tarifa que cobra la SGAE se ajuste al valor económico que genere el repertorio, a la intensidad de uso y a su relevancia. Es decir, que se aplique el mismo sistema para cobrar que se usa para fijar el reparto de los ingresos. Algo a lo que no están dispuestas las majors y el resto de la SGAE ya que no consiguen avanzar en las negociaciones con las teles para fijar un nuevo sistema. En este punto, hay que señalar que es cierto que no hay un equilibrio entre lo que recibe y lo que genera en términos de audiencia e ingresos la música emitida de madrugada, pero el sector explica que se primó este horario para permitir a las teles compensar parte de lo que pagan.