El mayor operador postal privado de España, Unipost, entró el martes en concurso voluntario de acreedores con un pasivo de 47,4 millones y un activo de 40,6 sin informar a la plantilla. Se reunió con los representantes sindicales la semana pasada sin mencionar este paso, y ayer les remitió un breve comunicado en el que pedía su colaboración y no les ofrecía detalles ni proponía un nuevo encuentro, criticaron los sindicatos.
La empresa de la familia Raventós quiere "garantizar" su viabilidad tras años de pérdidas y por las actuales "tensiones de tesorería", informó ayer el grupo, que emplea a 2.500 personas, más otras 2.000 de 140 empresas franquiciadas.
Atribuye sus problemas al "considerable desequilibrio" del mercado en favor de Correos como operador público, y considera que tiene futuro si se da una liberalización "real" del sector, informaron a elEconomista sus abogados, del bufete Roca y Junyent. Incidieron en que Unipost tiene la "firme voluntad" de seguir con la actividad y necesita a la plantilla actual, por lo que descarta despidos. Los auditores dudan de la viabilidad y llevan años emitiendo salvedades en las cuentas, en números rojos desde 2011.
