Mantiene contactos con el BCE para lograr un acuerdo y explicar lo ocurrido
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, acudió ayer por segunda vez al Congreso de los Diputados desde la caída del Popular ceñido al guión de la comisión pertinente y sin intención de hablar del fin de la sexta entidad más importante del país. Linde aseguró al respecto, ante las reiteradas cuestiones de los representantes de los grupos parlamentarios, que el Banco de España no tuvo ninguna participación en la resolución del Popular. "Cero", matizó en varias ocasiones. El gobernador acudió al hemiciclo para abrir la comisión de investigación sobre la crisis, el rescate financiero y las cajas de ahorros, aunque los representantes de los distintos partidos insitieron en pedir explicaciones sobre el fin de la entidad antes presidida por Emilio Saracho.
Linde recalcó que el Banco de España no es el supervisor de ninguna entidad financiera desde noviembre de 2014, fecha en la que la competencia pasó al Mecanismo Único de Supervisión (MUS) europeo. Además, el organismo español cuenta en la actualidad con una silla en la Junta Única de Resolución (JUR), aunque la persona que acude a las reuniones lo hace como observador, puesto que no tiene ni voz ni voto. El gobernador insistió de esta manera en que el Banco de España no tiene ninguna función en materia de resolución, y aseguró a la par, que la decisión de resolución se hizo en total cumplimiento con la normativa vigente en materia de liquidez. Linde afirmó que el Popular fue solvente hasta el último momento, y por tanto su resolución se debió a un problema de liquidez, puesto que reconoció que la entidad vivió en los últimos meses una fuga de depósitos.
El Banco España, actualmente, está manteniendo contactos con el Banco Central Europeo para llegar a un acuerdo con el objetivo de explicar con total detalle todo lo ocurrido con la entidad.
Las parcas explicaciones de Linde sobre el Popular causaron la indignación del diputado socialista Pedro Saura, quien le espetó que hubiera acudido a la comisión para criticar la labor de los antiguos gobernadores del Banco de España y a callar cuando se trata de hablar "de que a usted y al ministro de Economía se les ha caído el sexto banco del país". Saura recordó al gobernador que los ciudadanos españoles no entienden que todo el mundo se lave las manos con el fin del Popular. El diputado por Unidos Podemos, Alberto Garzón, recogió el guante en la misma senda de la indignación y recriminó a Linde que el Banco de España validase la compra del Popular por parte del Banco Santander, una operación a juicio del diputado, abocada a la catástrofe. "Cuando dos entidades se fusionan conllevan distintos problemas, como la adaptación cultural o la adaptación informática, pero cuando sumas dos zombis termina en un desastre", aseguró.
Nada que ver con la recesión
El gobernador del Banco de España recordó durante su comparecencia que en julio de 2012 y a raíz de las evaluaciones que se hicieron a las entidades españolas en el marco del Memorando de Entendimiento con la Comisión Europea para sanear las entidades, el Banco Popular mostró unas necesidades de capital superiores a los 3.200 millones de euros. Sin embargo, tres meses después, se concluyó que la entidad podría cubrir esta necesidad con sus propios medios (es decir, sin requerir una inyección de dinero público), y también sin que fuera necesario el traspaso de sus activos más perjudiciales a la Sareb.
Por tanto, Linde concluyó que la resolución del Banco Popular llevada a cabo el pasado mes de junio se enmarca en un contexto absolutamente distinto al de la crisis económica que aconteció entre 2008 y 2014, e incluso considerando que los problemas de la entidad tengan su origen en la recesión.