
Sin una reforma fiscal en ciernes y las dudas sobre la regulación antimonopolio de la administración Trump, la actividad de compras y fusiones en Estados Unidos se debilitó en el segundo trimestre de 2017, tocando su menor nivel en cuatro años. Un efecto directo generado por el estancamiento legislativo en la agenda económica del mandatario estadounidense quien está encontrando problemas para aprobar su plan de salud así como avanzar en su profunda revisión del código tributario a este lado del Atlántico.
Según datos publicados por Mergermarket, de los que se hizo eco la CNBC, en la primera mitad del año, el número de operaciones anunciadas en EEUU alcanzó los 2.446, por un valor aproximado de 602.600 millones de dólares frente al total de 2.677 anuncios de compras y fusiones por valor de 588.500 millones de dólares registrados a estas alturas el año pasado. En el conjunto global, los acuerdos anunciados en EEUU han caído un 2,4% hasta suponer un 40,4% de las operaciones oficializadas a nivel mundial.
Si en EEUU, la falta de sintonía entre la Casa Blanca y el Capitolio, dominado por el partido republicano, sigue sin permitir el avance de las principales propuestas de campaña de Trump, en Europa, la idea de una mejora económica, impulsaba la actividad de compras y fusiones en un 30% cuando se compara con las cifras del año pasado, hasta tocar un total de 481.900 millones de dólares. La victoria de Emmanuel Macron en Francia ha sido uno de los principales factores que ha estabilizado las perspectivas de la eurozona.
"Los cambios políticos siempre afectan a las fusiones y adquisiciones y hemos visto cómo una situación más estable en Europa ha conducido al crecimiento en el mercado de fusiones y adquisiciones", explicaba Jonathan Klonowski, editor de Mergermarket. "En lo que a EEUU se refiere hemos visto como esta actividad comienza a debilitarse a medida de conocer el resultado de temas como la reforma fiscal y la posible revocación del Obamacare", añadía este experto.
Mientras tanto, el efecto negativo de la incertidumbre política también se dejó notar en Reino Unido, donde la actividad de este primer semestre cayó casi un 50% en comparación con los seis meses anteriores, debido a las elecciones convocadas por Theresa May y a la espera del desarrollo de las negociaciones sobre el Brexit.
Los incentivos a la repatriación de beneficios de multinacionales estadounidenses aprobado en octubre de 2004 incentivó el regreso de 362.000 millones de dólares, o el 45% de los beneficios en el extranjero de las principales empresas de EEUU. De dicha cantidad, alrededor de 312.000 millones de dólares contó con un gravamen del 5,25%. En estos momentos, según la compañía de servicios de compras y fusiones corporativas canadiense Pavillion, las compañías del S&P 500 contarían con al menos 853.000 millones de dólares en bancos extranjeros.
El sector tecnológico lidera la lista, con Apple siendo responsable de al menos del 25% del total de beneficios que se mantienen fuera del alcance del fisco estadounidense. La posibilidad de un nuevo incentivo para la repatriación de beneficios, se ha llegado a hablar de un impuesto único del 10%, incentivaría el regreso de este dinero a EEUU e incentivaría la actividad de compras y fusiones, según los expertos.