Empresas y finanzas

"El fraude televisivo empezó en 2007 y el dinero se desvió a paraísos fiscales"

Antón Reixa, escritor y músico gallego, fundador del grupo Os Resentidos, fue presidente de la SGAE, la Sociedad General de Autores y Editores, entre mayo de 2012 y julio 2013. Fue destituido por la junta directiva de la entidad, asegura, después de denunciar la trama de corrupción con los derechos de autor en las televisiones.

Reixa había descubierto que se estaban cobrando derechos por falsos arreglos en obras musicales de dominio público que se emitían de madrugada, en connivencia con algunos responsables de programación de las cadenas. Reixa afirma haber colaborado en los últimos años con la Policía para acabar con esta red corrupta, conocida como La Rueda, y pide ahora la intervención urgente de la SGAE por parte del Gobierno.

¿Cómo descubrió que había una red de corrupción?

La trama llevaba ya años asentada. Empezó en 2007, bajo la presidencia de Teddy Bautista, aunque él no estaba implicado. A raíz de la crisis económica, muchos autores perdieron ingresos por la venta de discos y se empezó a montar un sistema fraudulento para cobrar derechos de televisión por obras que eran ya de dominio público. Yo fui nombrado presidente de la SGAE en mayo de 2012 y en cuánto tuve toda la información lo denuncié. En marzo de 2013 envié una carta a todos los socios, advirtiéndoles del escándalo.

¿Y lo puso en conocimiento de los órganos ejecutivos?

Efectivamente. Informé inmediatamente al consejo de dirección y se ordenó la apertura de una investigación. Hubo un comité disciplinario, pero se cerró en falso y no se aplicó ninguna sanción. En lugar de acabar con la trama y castigar a los responsables, la consecuencia fue que en julio de 2013 fui destituido como presidente. Dos meses después, en septiembre, y ante la imposibilidad de cambiar las cosas presenté mi dimisión de la junta directiva. Me había convertido en un ser maldito.

¿Informó a las autoridades o denunció los hechos a la Fiscalía Anticorrupción?

Lo puse en conocimiento del entonces secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, pero no hizo absolutamente nada e ignoró la situación. Cultura lo sabía todo, porque tenía incluso las actas de los consejos de la SGAE donde se trataba de este problema. Posteriormente, un grupo de autores dio entonces un paso adelante y llevó el caso ante la Fiscalía. Fue un acto de valentía. Por mi parte, durante los últimos años he estado colaborando con la Policía. Ellos tenían problemas para conseguir declaraciones. Yo declaré por escrito y lo firmé.

¿La SGAE trató entonces de ocultarlo?

Lo que hizo la SGAE es someter las diferencias sobre los repartos de los derechos de autor que se ingresan desde las televisiones a un arbitraje por parte de la OMPI, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.

¿Y la operativa en estos últimos años ha sido siempre la misma?

Como decía antes, el cobro de derechos de televisión es una práctica sostenida en el tiempo, con gente que ha aceptado este tipo de chantajes. Pero es verdad también que la operativa se ha ido sofisticando en los últimos años y que había muchas televisiones implicadas, tanto públicas como privadas. Hay que tener en cuenta que desde 2010, cuando la SGAE batió un récord de recaudación, unos 360 millones, ésta no ha parado de caer y ahora apenas llega a 240 millones de euros.

¿Cuánto ingresaba la red de corrupción con estos derechos frauduelentos en televisión?

Yo calculo que entre 25 millones y 50 millones al año. Era una vía alternativa de ingresos para determinados autores, que después, según se ha ido sabiendo, se desviaba a paraísos fiscales.

¿Debería ser intervenida la SGAE después de los últimos escándalos?

Eso es precisamente lo que yo estoy defendiendo. desde hace tiempo La SGAE debería ser intervenida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Deberían tomarse las medidas oportunas para impedir que la red pudiera seguir funcionando.

¿Cree que la trama sigue entonces operando?

Aunque desconozco si están o no implicados, hay personas en la junta directiva de la SGAE que seguían consintiendo hasta ahora la red de corrupción. Los autores que formaban parte de la trama tenían mucho poder en la entidad y controlaban de hecho la junta. Yo cumplí con mi deber y lo denuncié, pero la situación se volvió al final insoportable. Acumulaban muchos votos y usaban incluso a testaferros. Hay abuelos y niños como supuestos autores para engordar su poder dentro de la SGAE.

¿Y está implicado en la trama, en su opinión, el actual presidente de la SGAE, José Miguel Fernández Sastrón?

Eso es el algo que yo no puedo decir. La Policía tendrá que investigar quien está implicado y quien no y los ingresos de cada uno. No me toca a mí pronunciarme.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky