
El sector bancario sabe que después de haber quebrantado la confianza del mercado hace años, intentar recuperarla ahora se le va a hacer complicado. Y eso es algo que afecta especialmente a la banca mediana ya cotizada y también a quienes, como Unicaja, llegarán de nuevas al mercado. Un par de meses antes de que se produjera la liquidación de Banco Popular, el consejero delegado de una de las principales entidades financieras de España ya asumía que los bancos españoles tardarán años en volver a cotizar acorde a su valor contable y eso será después de sanear de activos dudosos el sistema y una vez queden en el panorama sólo los bancos necesarios.
Los grandes del sector, como Banco Santander, BBVA y CaixaBank, son los únicos que han vuelto a rozar en mercado su valor en libros (ver gráfico). Otros casos, sin embargo, ofrecen un descuento importante. Es el caso de Banco Sabadell, cuyo valor en libros se sitúa para este año en las 0,73 veces, 20 puntos por debajo de la media del sector -en 0,93 veces-; y, sobre todo, de Liberbank, que cotiza con el mayor descuento de todo el sector financiero de Europa. Su ratio sobre valor en libros es la más reducida del Stoxx 600 Banks, por debajo incluso de la maltrecha Banca Popolare di Milano, cotizando en 0,31 veces sobre su valor contable, tal y como recoge el consenso de mercado.
Desde que se resolvió el rescate de Popular el pasado 7 de junio, las entidades medianas han sido las más penalizadas en la bolsa española. Dentro del Ibex, Banco Sabadell ha sido la más castigada. Pierde un 3,5 por ciento desde que se resolviera la situación de Popular, frente a entidades como el Santander que, a pesar de incrementar su exposición al ladrillo con la compra y anunciar una ampliación de capital de 7.000 millones de euros, ha salido victoriosa de la operación, con una subida en bolsa del 0,93 por ciento.
La acción de Liberbank es, sin duda, la que ha sufrido la mayor penalización. En ocho sesiones pierde un 18,5 por ciento, hasta los 0,88 euros por acción, después de haber llegado a desplomarse un 38 por ciento en los tres días posteriores a la liquidación de la entidad que presidía hace una semana Emilio Saracho. Pero, entonces, la CNMV decidió intervenir y prohibir las posiciones bajistas sobre la entidad durante el próximo mes, con lo que las caídas -una de ellas el martes de hasta el 13,85 por ciento- se debieron básicamente a la venta de accionistas y no a los fondos que actúan poniéndose cortos, porque, de hecho, las posiciones a la baja que registra quincenalmente la CNMV no habían aumentado, a pesar del desplome de la entidad, y se mantienen sobre el 1,39 por ciento del capital. Fuentes del mercado sostienen que "no hay que buscar mayor explicación a unos fondos bajistas que, tras el éxito que han tenido con Popular, han ido a buscar sencillamente otros bancos con activos tóxicos".
Para evitar la sangría vendedora, algunos de los principales accionistas del banco -como la familia asturiana Masaveu- y también miembros del consejo de Administración se volcaron en comprar acciones, entre ellos, el consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez. Además, Oceanwood -presente en su capital a través de la gestora y de dos fondos de inversión- incrementó cada una de sus tres posiciones el mismo lunes, hasta un total del 24,176 por ciento, aprovechando el menor precio de las acciones.
Hay que tener en cuenta, además, que Liberbank tiene el segundo menor free float (porcentaje libre de acciones que cotiza en el mercado) de toda la banca española, del 42 por ciento. Solo Bankia, debido a la participación del 65,9 por ciento del Estado a través del Frob, registra la mayor iliquidez de las entidades, con un 32 por ciento de free float. Sabadell, sin embargo, tiene el 92 por ciento de su capital en manos de minoritarios.
Esta situación ha servido, sin embargo, para que Liberbank haya mejorado su recomendación. Hace sólo una semana su consejo rozaba la venta. Hoy el consenso habla de un mantener que es la segunda mejor recomendación del sector financiero, sólo superado por la de Banco Sabadell. Desde Bankinter, sin embargo, siguen mostrando desconfianza ante el "elevado perfil de riesgo del banco". Según la ratio Texas -muy de moda en los últimos meses para medir el peso de los activos dudosos sobre el total de fondos propios-, "el volumen de activos improductivos de Liberbank" en base a la realidad del balance "es del 300 por cien, frente al 100 por cien de las principales entidades españolas". En otras palabras, el saldo dudoso de Liberbank triplica su balance. Y este fue el motivo que trasladó el miedo sobre Popular hasta, una vez liquidado, el capital de Liberbank con una ratio de mora del 13 por ciento a cierre del primer trimestre (la media sectorial está en el 9,8 por ciento) con una cobertura de los dudosos inferior -del 42,1 por ciento-. Para Bankinter, la entidad aún debería "provisionar otros 550 millones para alcanzar la cobertura media de la banca".
La situación de Banco Sabadell es bastante diferente, aunque el origen de tanto dudoso procede de otra antigua caja, en su caso la CAM, con la que se hizo por 1 euro, al igual que se ha resuelto la venta de Popular. El objetivo de la entidad es reducir por debajo de 10.000 millones los activos improductivos para el año 2020, con una morosidad inferior al 3 por ciento.